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Futbolistas valencianos por el mundo

"El idioma checo es un ´show´ al principio"

El delantero de Xirivella Néstor Albiach relata las peripecias de sus tres años en el histórico Dukla de Praga, donde intenta hacerse un nombre para volver al fútbol español.

Albiach, con el número 8, en uno de sus partidos con el histórico Dukla.

Con dos lesiones de rodilla y camino de su cuarto invierno checo, el sueño de Néstor Albiach (Xirivella, 1992) por hacerse un hueco en el fútbol sigue incólume. El joven delantero valenciano hizo las maletas en enero de 2013 para firmar por el Dukla de Praga, con seis meses excelentes en el Olímpic como aval para probarse en una primera división europea y buscar una progresión deportiva y económica que en España se ralentizaba.

Formado en el Xirivella, y pasado por las escuelas de Valencia y Levante UD, Albiach se ha convertido pese a las lesiones en un futbolista querido para los Vojáci, los ´soldados´, el apelativo con el que son conocidos los aficionados del Dukla, el club formado tras la Segunda Guerra Mundial por el ejército checoslovaco. Una entidad con raigambre que durante la época comunista se alzó con una decena de ligas con el Balón de Oro Josef Masopust como estrella.

Albiach atiende la llamada de Levante-EMV para relatar los pormenores de su aventura checa. Ya está plenamente asentado a Praga y las costumbres culturales del país, aunque prefiere no abusar del gulash de ternera y del queso frito, bombas calóricas para combatir el frío: «Lo que más echo de menos es el clima y toda su gastronomía pero ya estoy acostumbrado y en ese aspecto no lo he pasado tan mal, sabía a lo que venía», reconoce. Confiesa que los inicios fueron «difíciles» pero la adaptación fue más llevadera al coincidir con el defensa José Antonio Romera, paisano de Xirivella, actualmente en el Jablonec y que había aterrizado en el Dukla un año antes: «Todo fue mucho más fácil dentro como fuera del terreno de juego».

La aclimatación fue doble. Primero a un fútbol que si bien no está exento de «calidad y competitividad» se juega a un ritmo «más físico que el de España». Y después al contraste cultural: «Los checos parecen un poco más cerrados de mente, muy sosos y bastante fríos. Pero también tengo que decir que no todos los checos son iguales. Hay de todo. También bastante gente que es súper amable y muy como el rollo de España», define. «Entre esa gente esta toda la de mi club, que siempre me han ayudado en lo que han podido y se han comportado muy bien conmigo desde el primer día. Hay muy buena relación entre jugadores checos y extranjeros. Hacemos comidas y cenas de equipo y eso hace mucha piña a la hora de competir», añade Albiach, que recibe a menudo las visitas de sus padres y amigos.

Otra peripecia fue el aprendizaje de una lengua como el checo, con una pronunciación enrevesada hasta con consonantes acentuadas que para Albiach, poco a poco, comienzan a ser familiares: «El idioma era un show al principio, porque no entendía nada y me hacían hasta gracia las charlas del mister y demás... Pero ahora en lo futbolístico entiendo casi todo. Lo único que para comunicarme uso el inglés, que es más fácil y tanto el cuerpo técnico como los compañeros lo saben y se defienden bien como yo», indica.

Triunfos que parecen títulos

En estos tres años, la mochila de anécdotas de Albiach va llenándose de historias llamativas: «Lo que más me ha sorprendido es que después de cada victoria, ya sea en casa o a domicilio, lo celebramos como si hubiéramos ganado la Champions o algo parecido». Es muy bonito y personalmente me apasiona y me emociona mucho» señala el atacante de l´Horta Sud. También se ha integrado plenamente a los variados derbis de la ciudad de Praga, contra el Bohemians y los dos grandes de la capital, el Sparta y el Slavia: «La verdad es que hay mucha rivalidad entre los equipos de Praga. Mi equipo no tiene mucha afición, pero los que van siempre están animando los 90 minutos y eso se agradece».

Tres años después Albiach hace balance. ¿Es preferible marcharse a Chequia a intentar escalar posiciones en el actual fútbol español?: «Hace tres años sí que era preferible, porque era una oportunidad muy buena tanto profesional como económicamente, pero hoy en día sí que deseo volver al fútbol español o por lo menos otra liga más fuerte».

La liga checa „como la austriaca, la polaca y otras de la Europa del Este„, es un campeonato del que está muy atento sobre todo la Bundesliga alemana, que pesca promesas por esos caladeros. Albiach es consciente que todo lo que pueda venir en un futuro pasa por el esfuerzo y el trabajo actual: «Todos los futbolistas queremos más y nos gusta estar en mejores equipos, para ello se debe trabajar día a día hasta conseguirlo. Antes de las lesiones de rodilla, hubo equipos interesados de ligas fuertes. Lo único que tengo que pensar es en ponerme físicamente al 100% y jugar bien con el Dukla. Luego todo lo demás sé que vendrá solo».

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