Veinticuatro horas después de su medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, David Casinos seguía feliz. «Estoy muy contento. Ya no soy un chaval, me he hecho mayor y las nuevas generaciones piden paso. Por tanto, estoy muy satisfecho. Han sido cuatro años muy duros, muy intensos. Solo puedo dar las gracias por esta nueva medalla. Ya tengo el repóquer», comentaba el atleta de Moncada. «Todos queríamos un oro, yo el primero, pero es otro metal en unos Juegos, el quinto. No está nada mal», afirmaba con una sonrisa de orgullo el atleta FER, programa promovido por la Fundación Trinidad Alfonso. Sobre el desarrollo de la prueba, el lanzador valenciano reconocía que no tuvo las mejores sensaciones. «A pesar de que todos estos días no he acusado los nervios y estaba tranquilo, no me encontré del todo cómodo y, la verdad, temía quedarme cuarto o quinto», añadió.

El atleta deslizó que los Juegos de Río han sido los quintos y los últimos. «Hay que saber decir adiós, porque me voy apagando poco a poco. No es bueno aferrarse al máximo nivel competitivo sin plenas garantías de éxito», completó el deportista valenciano.