La ilusión de Arón Canet (17 años) por sacarle rédito a su primera «pole position» y ganar en Cheste se limitó al tiempo que duran los preámbulos de la carrera. Segundos antes de que el semáforo se pusiera en verde, se le paró la moto. Tanta expectación por ver a un valenciano ganar en el Circuit Ricardo Tormo años después... y la «pole» se fue a la basura. El piloto de Corbera entró en el pit-lane, agitando la moto y con movimientos nerviosos, en busca de ayuda. Una vez el motor fue reencendido en su box, partió desde la zona de garajes en última posición, con todas sus esperanzas por ganar totalmente diluidas. Tenía una larga travesía hacia ninguna parte por delante. Si alguien lo hubiese dicho unos minutos antes, habría sido tomado por loco.

Con Canet fuera de los primers puestos, la atención valenciana se centró en Jorge Navarro, la principal baza de «casa» para la victoria antes del comenzar el GP. Dos caídas y el hombro dolorido, sin embargo, le llevaron a partir desde muy atrás. Salió decimoséptimo, obligado a remontar para acercarse al podio. Lo de sumar su tercera victoria de la temporada (tras Aragón y Cataluña), eso sí, parecía una quimera. Y más atrás, no mucho más atrás, estaba el jovencito Vicente Pérez (18 años). El novato de Cullera, que corrió como sustituto de John Macphee en el Peugeot Saxosprint, salió con el objetivo de disfrutar de su primera experiencia en el Mundial.

La quimera de Navarro se convirtió en una posibilidad remota conforme avanzó la carrera. En el primer paso por meta ya era undécimo y cuatro después ya estaba séptimo. ¿Dolor de hombro? No lo parecía. Sin embargo, ahí se quedó, en un segundo bloque, con muy pocas opciones de alcanzar al primer grupo. El objetivo del piloto de la Pobla de Vallvona se centró, seguro, en no caerse y llegar a meta para confirmar su tercer puesto en el Mundial. Lo hizo. Él pensará que es una buena clasificación antes de dar el salto a Moto2 la próxima temporada. Otros, sin embargo, aseguran que es demasiado pronto. Que, como a la mayoría de pilotos, le puede la ansiedad de escalar para estar lo antes posible en MotoGP. Los defensores de esta opinión lo tienen claro: es mejor quedarse más tiempo en Moto3, en este caso, y ganar carreras antes de subir al siguiente escalón para ejercer otra vez de aprendiz. Desde luego, Navarro lo tiene claro. Cada vez que se le pregunta por esta cuestión, responde con la misma contundencia: «Estoy de sobra preparado». Le avala que los dos primeros de la clasificación, el sudafricano Brad Binder y el italiano Enea Bastianini, siguen el mismo camino.

La historia de los valencianos en la carrera de Moto3 terminó con Vicente Pérez. Dolorido, afectado por una contractura muscular, mantuvo el tipo en su estreno. Entró en meta en la vigesimotercera posición. Que le quiten lo bailado al chaval de Cullera. Se lleva a casa un debut inesperado en el Mundial. Y en Cheste.

Binder, campeón del mundo, se adjudicó su séptima victoria de la temporada. El sudafricano confirmó así su superioridad durante la temporada, en la que ha logrado un margen de ventaja sobre su inmediato perseguidor, Bastianini (Honda), de 142 puntos, apenas cinco puntos menos que los que sumó Valentino Rossi en 2005 en MotoGP respecto a su compatriota Marco Melandri.

Mala suerte para el autor del mejor tiempo d