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Las piedras del pisuerga

Las piedras del pisuerga

Hijo de cirujano prestigioso, la vida de Fernando San Emeterio no se entiende sin un balón de basket bajo el brazo. De pequeñajo, cuando su altura estaba muy lejos de los casi dos metros que mide ahora, se encerraba en su habitación para enchufar esos tiros a la remanguillé que se han convertido en marca registrada. Allí, entre cuatro paredes, comenzó a tejer sus primeros sueños de baloncesto. Pero tenía un problema. El pie de aquella primera canasta que le regalaron sus padres con tres años era inestable. Ante cualquier impulso excesivo o intento de mate, corría el riesgo de que aro y tablero le cayeran encima. Por mucho que la pelota con la que entrenaba fuera de gomaespuma. Así que Fernando, en un socorrido ejercicio de búsqueda de soluciones, bajaba al río Pisuerga a coger piedras para reforzar la base y seguir mejorando su mecánica de tiro.

Han pasado treinta años y SanM mantiene intacta su esencia. Ahora las canastas ya no se tambalean, pero hay que seguir buscando soluciones. Cuando inicia una penetración y el pívot de turno se agiganta frente al aro siempre tiene un tiro inverosímil preparado -y entrenado- que suele ir para dentro. Otras veces descubre con el rabillo del ojo a Rafa Martínez abierto en una esquina y, tirando de fundamentos, asiste al capi para el choff. De tres en tres se llega antes. Pero las complicaciones también pueden aparecer fuera de la pista. No es sencillo mantener siempre el equilibrio en un vestuario ACB en el que pesan los egos. Ante escenarios así, la figura de San Emeterio se agiganta entre cuatro paredes. Campechano pero respetado, hombre de palabras justas pero precisas, suele estar detrás de la mayoría de cenas de equipo que se cocinan en las entrañas de La Fonteta.

Decepcionado con Querejeta, abandonó Baskonia dejando cuentas pendientes que aún hoy siguen sin saldarse. Conocedor de la situación y de la importancia que podría tener en Valencia Basket, Chechu Mulero no tuvo dudas a la hora de cerrar su fichaje. Casi dos temporadas después, el director deportivo que vino del banquillo sigue sin tenerlas. Ya ha decidido ejecutar la opción que el club se reservó para ampliar unilateralmente el contrato de Fernando por una temporada más. No es descartable incluso que la prórroga contractual fuera de dos años. Sería una gran noticia. San Emeterio es, de largo, una de las mejores incorporaciones que ha visto La Fonteta en la historia reciente. Dentro y fuera de la pista. Hay que estar agradecidos a la robustez y resistencia de aquellas piedras del Pisuerga. Donde empezó todo.

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