Marcelino García Toral confía en poder cerrar en breve el acuerdo para entrenar al Valencia CF la próxima temporada. En las próximas 24 horas habrá novedades. A favor o en contra. Las dos partes ya han hablado, las cartas están sobre la mesa y solo falta una reunión final de la que saldrá o no la fumata blanca.

A día de hoy, es una evidencia que tras el fracaso de fichar a Quique Setién, Marcelino es el elegido para relevar a Voro en el banquillo de Mestalla. En el Valencia, el director general del club, Mateo Alemany, ha impuesto su doctrina, la de firmar a Marcelino, por encima de la del director deportivo, José Ramón Alesanco, que era partidario de incorporar a Setién. Pura jerarquía.

Por este motivo, Alemany ya se puso manos a la obra para tratar de cerrar con urgencia la operación. Con Marcelino no hay problema económico ni en cuanto a la duración del contrato, que será de dos temporadas. La parte que respecta a su representante, Eugenio Botas, juega aquí un papel secundario.

Es el plano deportivo el que más preocupa a Marcelino, y a sus dos ayudantes: Rubén Uría, segundo entrenador, e Ismael Fernández, preparador físico. Porque el entrenador asturiano exige tener voz y voto en la configuración de la plantilla de la próxima temporada, y ya ha preguntado por el presupuesto para fichajes, la lista de altas y bajas y, por encima de todo, cuales son los objetivos deportivos del club. Más allá de una lista de nombres de futbolistas, Marcelino habla de firmar a jugadores que se adapten al estilo de juego que quiere para el equipo.

Su experiencia al frente de varios clubes en los que las cosas no le salieron del todo bien, como el Zaragoza o el Sevilla, le han servido a Marcelino para no decir sí al Valencia CF a cualquier precio. Aunque el acuerdo está cerca. En el Villarreal, el técnico realizó un gran trabajo, gracias a que siempre disfrutó de la confianza y el apoyo de los máximos responsables de la entidad «grogueta».

Aunque en círculos cercanos el exjugador del Levante UD ya ha mostrado su interés por fichar por el club de Mestalla, quiere tener todo atado y bien atado -el técnico es un tipo metódico y perfeccionista- antes de llegar al Valencia en la que sería la tercera vez en la que su nombre se asocia como inquilino del banquillo valencianista tras los fallidos intentos de 2008 y 2016.