Acogidos por las paredes desvencijadas de lo que fue en su día la reluciente sede del equipo español de la Copa del América, en el puerto de València, una treintena de miembros del Desafío Español se reunió ayer para celebrar el décimo aniversario de la 32ª edición de la Copa del América.
El ingeniero y navegante donostiarra Agustín Zulueta, de 48 años, promotor de aquella ilusión colectiva del Desafío Español, fue ayer también el motor de una celebración a la que asistió el expresidente de la Generalitat en aquellos días de 2007, Francisco Camps. «Aquella Copa del América cambió nuestras vidas», explica el navegante valenciano Jorge Ondo, de 43 años, que nunca antes se había subido a un barco y que, de repente, participaba en la competición más importante del mundo.
«Me da pena verlo ahora tan envejecido», dice Ondo, bombero buceador de profesión y eventual navegante. Él ejerció de «grinder» («los que le dábamos a la manivela y éramos la fuerza del barco», describe) y echa de menos «el día a día» de la Copa del América. Ondo destaca a tres tripulantes de aquel Desafío Español: Virgilio Torrecilla («grinder como yo, mi competencia»); Íñigo Losada («el preparador físico que vio mi talento»); y Carlo Castellano («otro grinder con quien formé las torres gemelas, «the twin towers»,como nos llamaban los extranjeros»).
El Alinghi, campeón
La 32.ª edición de la Copa América fue seguida por millones de aficionados en el mundo y por cientos de miles en directo en València. La Copa la ganó el Alinghi suizo en la final al New Zealand y el Desafío Español fue semifinalista.
