Txus Vidorreta (Bilbao, 1966), nuevo entrenador del Valencia Basket, ha sentado cátedra esta temporada. Nombrado mejor entrenador de la liga, ha llevado al Iberostar Tenerife a estar arriba en la fase regular con un baloncesto notable. Le avala una trayectoria muy dilatada en la ACB. Primero con el Bilbao Basket, al que cogió en la Liga LEB 2 y lo llevó a la Eurocup. Pasó por el Lucentum Alicante, donde firmó una de las mejores temporadas de la historia del club valenciano, antes de dejar su sello, durante tres temporadas, en el Estudiantes. Este año ha hecho brillar al Iberostar Tenerife, donde ha maravillado con un juego extraordinario.

De hecho Vidorreta ha anunciado hoy que deja el equipo tinerfeño para fichar por un "grande europeo" sin precisar entonces si era el Valencia. "Me voy a un equipo de alto nivel europeo", ha dicho en una rueda de prensa en la que ha afirmado que da un gran salto " pero lo importante es no llegar sino mantenerse".

El técnico que coge las riendas de la "cultura del esfuerzo" es uno de los que más trabaja el aspecto defensivo. El Tenerife fue el equipo con menos puntos en contra de la liga (72,5 por partido). Es un entrenador élite, por tanto, a nivel defensivo. El vasco sabe exprimir, también, la debilidad de sus rivales. Se ajusta, por tanto, al perfil del Valencia Basket y guarda muchas semejanzas con Pedro Martínez, del que se ha conocido este martes que no continuará.

En ataque, Vidorreta aplica la máxima sencillez: abarcar todos los espacios y, sobre todo, es un baloncesto basado en lo colectivo. Otro punto en común con Pedro Martínez. Eso sí, su juego se cocina a fuego lento. Es un equipo que ataca con paciencia, pero con mucha efectividad. El Iberostar ha sido el tercer equipo que menos balones ha perdido por partido.

Pero si hay un nexo en común con la filosofía del Valencia Basket es la fortaleza mental que consigue de sus jugadores. Consique "equipos" por encima de todo. Todos suman y nadie destaca por encima de los demás. Su relación con los jugadores, además, es cercanísima. Por eso sus equipos juegan con la máxima confianza.