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Análisis

La vida es mejor con Guedes

Con el jugador portugués, el Valencia ha marcado una media de casi tres goles por partido, dos más que sin él, y sus compañeros de ataque han alcanzado sus mejores estadísticas

La vida es mejor con Guedes

La vida es mucho mejor para el Valencia con Gonçalo Guedes sobre el terreno de juego. Con el futbolista portugués, los blanquinegros se convierten en un equipo que multiplica sus caminos de cara al gol, debido a su tremenda facilidad para generar desequilibrio entre las defensas rivales.

Las estadísticas son radicalmente distintas dependiendo de la participación o ausencia del joven jugador. Tal como revelara «Fútbol Avanzado», la media goleadora del Valencia se eleva a casi tres goles por partido (2'86). Cuando no ha jugado, ese promedio ha descendido a 0'96 dianas por encuentro.

La trayectoria del Valencia en esta temporada ha tenido tres fases diferenciadas, y todas ellas han dependido directamente del protagonismo del exbenfiquista. En los primeros cuatro partidos, con una victoria y tres empates, Guedes primero no había recalado todavía en el equipo (lo hizo en la última jornada del mercado de fichajes) y después empezaba a contar con sus primeros minutos, en plena aclimatación al nuevo club.

De aquel primer Valencia de Marcelino se decía que era seguro en defensa pero que le faltaba gol, como quedó patente ante el Atlético o el Levante UD. A partir del derbi en Orriols, Guedes comenzó a carburar y coincidió con la mejor racha del Valencia en el campeonato. Es la segunda fase, con una exuberancia goleadora casi sin precedentes. Cinco goles al Málaga, seis al Betis, cuatro al Sevilla, tres al Athletic y Real Sociedad? Recitales en los que el rol de Guedes era decisivo, ya fuera como asistente o como goleador.

Su capacidad de desborde era tan sencilla, con un índice de acierto del 80 % en los regates, que se generan situaciones de desequilibrio tan favorables para los compañeros que la eficacia del Valencia aumentó considerablemente. Solo se necesitaban cuatro disparos para marcar un gol.

Los números de los principales jugadores de ataque mejoraron con Guedes orbitando a su alrededor. Rodrigo Moreno y Simone Zaza, por poner dos ejemplos, alcanzaron los mejores registros de su carrera en ese periodo, al calor del fútbol vitaminizador del internacional luso y de las ocasiones que originaba en carreras desde campo propio. Tal como documentaba «Fútbol Avanzado» el 75 % de las asistencias de Guedes se han originado por su velocidad arrancando desde su propio terreno de juego.

Las apariciones de Guedes no se explican solo desde el parámetro del talento, de las explosiones de velocidad. Su capacidad de trabajo y sacrificio defensivo es muy valorada por Marcelino, así como por su carácter, extraordinariamente testarudo. No se amilana si no le sale un primer regate, si no tiene un partido de cara o si está recibiendo un marcaje especialmente pegajoso. Esa convicción e insistencia embelesan técnico valencianista, para quien la actitud es un factor innegociable.

La dependencia sobre Guedes empezaba a ser tan llamativa que los marcajes sobre el futbolista de Benavente empezaron a ser cada vez más agresivos, como se comprobó en Mendizorroza contra el Alavés. Y así se llega al tercer capítulo, con la pactada intervención quirúrgica para corregir una fisura en el dedo para volver a competir en enero, justo cuando el calendario se congestiona.

En las tres semanas de ausencia, los resultados del Valencia se han frenado en seco, aunque el juego no haya bajado tanto de nivel. Los valencianistas necesitaban 15 disparos, y no 4, para convertir un gol. Ya de regreso al equipo, y una vez ha recuperado el ritmo físico, Guedes empezó a carburar en Las Palmas y ante el Girona. Y con él, todo el Valencia.

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