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Entrevista

Kike Trull: "Me gusta estar solo a 40 bajo cero"

El arquitecto técnico Kike Trull (Algemesí, 46 años) prepara su cuarta carrera ultralarga en el Yukon, una zona de frío extremo. Un hornillo y su pericia le han salvado la vida en las tres anteriores

Kike Trull: "Me gusta estar solo a 40 bajo cero"

P ¿Por qué le gusta tanto el frío?

R No me gusta el frío, me gusta abrigarme bien. Los noruegos dicen que no hay temperaturas bajas, sino mala temperatura de abrigo. Pero es verdad que soy de los que se ponen en manga corta enseguida.

P ¿Qué es la Yukon Arctic Ultra?

R Es una carrrera ultralarga por el territorio del Yukon, al noroeste de Canadá, en la frontera con Alaska. Es una zona 3 veces de grande como España, pero con la misma población que la Pobla de Vallbona (30.000 habitantes). La carrera pasa por ríos y lagos helados, selva boreal, zona montañosa? con temperaturas de enter 35 y 50 bajo cero.

P ¿Qué le impulsó a hacerla?

R Yo hacía triatlones de larga distancia (Iron Man) y, más tarde, alpinismo. Hace unos 6 años descubrí la carrera al ver que la terminó el primer español que la hizo. Hay varias distancias, de 300 y 500 kilómetros cada año y una de 700 cada varios años. Me fui hace 3 años a la de 500, el año pasado intenté la de 700 y este año otra vez la de 500 porque no había la larga. Me he vuelto a inscribirme a la de 700 para este año.

P ¿Con qué calzado corre?

R Con zapatillas de ultratrail.

P ¿No se mojan?

R No, el suelo que pisas está totalmente congelado. A esas temperaturas, todo es hielo. No hay agua.

P Cuénteme sus experiencias.

R Hay varios check points, donde te examinan manos y pies, y el estado de salud general. El primer año me descalificaron por una infección cuando llevaba 300 kilómetros. Llevaba rozaduras en las ingles y había peligro de septicemia. El segundo año llegué casi al mismo sitio, pero me dejaron fuera porque llevaba los dedos de manos y pies muy mal. Y este llegué hasta el 80, y suerte que pude pasar el primer check point.

P Continúe.

R Había sudado y así no te dejan seguir, porque se congela. Me quité la ropa, se secó medianamente y continué a las 2 horas. Era de noche, y me encontré con un argentino que estaba en estado de hipotermia. Nos metimos en mi tienda, y aunque no pude encender el hornillo, entramos en calor y a las 3 horas pudimos seguir. Al final, el otro se quedó y pidió el rescate. Yo seguí unas 12 horas y hubo un momento que estaba sin fuerzas. Vi que la comida fría no me daba bastante energía. Sabía que llegaban subidas bastante fuertes, ten en cuenta que los primeros 300 kilómetros me los conozco ya muy bien. Paré e intenté otra vez calentarme comida, pero el hornillo seguía fallando. Ahí dije ´hasta aquí he llegado´, me abrigué bien y pedí ayuda. Ahí tienes que guardar las fuerzas que tienes para sobrevivir hasta que vienen a por ti.

P Y no duerme...

R El primer año no dormí en las primeras 50 horas. Este año llevaba 26 horas de carrera y sólo había dormido una. Eso se entrena también. Te metes una paliza un día y al siguiente te levantas a las 4 para volver a entrenar.

P ¿Qué comida lleva?

R Un poco de comida liofilizada, para calentar, pero es más para casos de emergencia. El resto es comida fría: barras energéticas; muchos frutos secos, porque no se congelan; mucho chocolate y este año me hice bolas de mantequilla con pasas y pipas, pura energía.

P ¿Cuál es la temperatura media de carrera?

R El primer año, unos 35 grados bajo cero, que es casi como tropical allí (sonríe). Este año estábamos entre los 40 y 50 bajo cero.

P ¿Se nota la diferencia entre 30 y 50 bajo cero?

R Dicen que no, pero claro que se nota. Es una diferencia muy importante. A partir de los 30 bajo cero es conveniente ponerse una máscara para no respirar directamente el aire tan frío.

P Se juega la vida, vamos.

R Sí, pero no lo pienso. Es una carrera muy peligrosa, pero viniendo del alpinisno no tienes el hándicap de despeñarte (bromea).

P ¿Ha muerto alguien?

R No, pero casi. Este año, encontraron a un italiano medio desfallecido, fuera de sí, a 5 kilómetros de su trineo. Seguramente perderá los pies y las manos. Un británico perdió medio pie. En un descuido, se te congela algo.

P Su peor momento, ¿fue el abandono de este año?

R Bueno, el primero estuve a punto de entrar en hipotermia. Me metí en la tienda y muy rápidamente conseguí hacer fuego. Pasé de estar a punto de morir a estar riéndome, a las 3 horas, de lo que me había pasado.

P No parará hasta terminarla.

R ¡No!, mi reto es pasármelo bien. Y el proceso de entrenamiento me apasiona, todo lo que conlleva... Y me gusta la soledad en aquellos paisajes, ir a tu ritmo, marcarte tus tiempos y tus paradas. El primer año estuve 3 días sin ver a nadie. Otro me encontré, en plena noche, a un escocés haciéndose la cena con el hornillo en medio de un lago helado. Como el mío no funcionaba, me quedé con él y me calentó algo. Allí estábamos, los dos solos, a 40 bajo cero, bajo la aurora boreal. Luego nos separamos. Las noches que hay luna apagas el frontal porque en zonas abiertas se ve todo.

P ¿Cómo pide ayuda cuando uno está en apuros?

R Llevas un transpondedor con 2 botones. Uno es para avisar que estás mal, pero no en peligro de muerte. Pueden tardar 24 horas en ir a por ti y por la noche (sólo hay 6 o 7 horas de luz) no van a buscarte. El otro es es para avisar de peligro de sobrevivir, entonces mandan el helicóptero. Si paras a dormir, también tienes que avisar, para que sepan que no te has parado por otra cosa.

P ¿Qué lleva en el trineo? ¿cuánto pesa?

R Unos 30 o 40 kilos. Llevas el saco homologado para temperatura extremoa (-45 grados), una chaqueta de expedición que sirve para sobrevivir al frío cuando te paras; un hornillo; comida, una asterilla, hay quien lleva tienda y quien no, unas botas overboots para cuando haya agua bajo el hielo, material para encender fuego, botiquín de primeros auxilios y mucha ropa de abrigo.

P Entrena como un caballo de tiro y arrastre...

R Literalmente. Voy arrastrando dos o tres neumáticos tumbados con un arnés. A veces me hago 40 o 60 kilómetros. Me voy a la Calderona, subo a Rebalsadors, y luego vuelvo por Bétera hacia Llíria para comer en casa de mis suegros.

P ¿Qué le dicen?

R Algunos me miran y dicen ´este está zumbado´. La Guardia Civil, alguna vez, se me ha puesto al lado y se ha quedado mirándome. Yo me quedo esperando a que abran la ventanilla y me pregunten, pero al final pasan de largo.

P ¿No le llama un ultramaratón por el desierto? ¿el calor?

R Sí, pero son con paradas a dormir, y mí me gusta hacerlo sin parar, todo seguido. Y veo fotos de esas carreras y veo una fila de mucha gente. A mí me gusta (insiste) ir solo, sin nadie a mi lado.

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