Rafael Nadal ha ejercido de número uno y ha sumado el primer punto para el equipo español. El tenista balear, de vuelta a las pistas casi tres meses después de su lesión en Australia, ha vencido a Kohlschreiber en tres sets (6-2, 6-2 y 6-) y ha empatado la serie de cuartos de final de la Copa Davis ante Alemania después del triunfo de Zverev frente a Ferrer. Ahora el dobles de mañana puede ser decisivo.

Ante una plaza de toros prácticamente llena para contemplar al mejor tenista del momento, Nadal no ha defraudado en un partido más complicado de lo que revela el marcador. De hecho, el primer set se alargó más de lo previsto debido a que Kohlschreiber plantó batalla en todo momento. Con 4-1, después de varias roturas de servicio, el germano se ha aferrado a la pista con largos intercambios de golpes desde el fondo de la cancha. Ha costado casi una hora que Nadal acabase sumando el 6-2, con meritorios puntos de por medio. El de Manacor ha vuelto con ganas y, aunque no está al 100%, ha dejado ver gran parte de su talento con potentes derechazos y pelotas ajustadas a la línea.

El segundo parcial ha seguido las mismas directrices que el primero. Exactamente las mismas. De hecho, otra vez con 4-1 en el electrónico, Kohlschreiber ha empezado a devolver todas las bolas y a prolongar el sufrimiento con un 4-2 que no fue suficiente para los intereses alemanes. Nadal, que supo mantener la calma, liquidó en los dos siguientes juegos el set y aceleró el partido con el cielo encapotado, amenazante de lluvia.

El tercer set se inició algo más igualado, con los jugadores y la plaza contagiados de la bajada de temperatura. Nadal se adelantó con un 2-1 y desparovechó una ocasión pintiparada para abrir distancias. Desperdició la ventaja y el marcador se fue al 2-2. Prueba de resistencia para el español, que en ningún momento pareció notar molestias físicas. El quinto juego lo resolvió con un "ace" que le permitió recuperar la ventaja (3-2) que no desperdició. De ahí hasta el final, Nadal tiró de su juego efectivo y el teutón bajó el nivel de intensidad, agotado tras correr detrás de cada pelota. Con 4-2 y 30-15, Nadal quiso agradecer a la plaza de toros de València el apoyo brindado toda la tarde y se sacó de la manga un golpe imposible con el que puso a la grada de pie y enfiló el final del partido. No sin antes discutir con el árbitro de silla en el 5-3. La ovación cuando terminó el encuentro fue atronadora (6-3).