Argentina recuperó ayer sus esperanzas de pasar a octavos de final del Mundial, pese a su discreto inicio, con un empate (1-1) ante Islandia en la primera jornada y una derrota (3-0) frente a Croacia en la segunda. De repente, la albiceleste depende casi de sí misma para conseguir la clasificación. No del todo, pero casi, ya que Islandia está en la misma situación. Si las dos ganan en la última jornada, pasaría la que mejor diferencia de goles atesore.

El pleno de Croacia en las dos primeras jornadas le permitió adueñarse ya de una plaza, la primera. Para la restante se postulan tres candidatas: la albiceleste, pese a todas sus dudas; las Súper Águilas, como premio a su valentía; y los vikingos, por ser capaces de desafiar con la ilusión de las 330.000 personas que habitan la isla norteña a combinados con mayor tradición en el fútbol.

Ahora, Argentina se clasificaría si vence a Nigeria el próximo martes y Croacia gana o empata con Islandia. Si los vikingos consiguen imponerse a los balcánicos, que ya no se juegan nada y lo lógico es que reserve a los mejores para el partido de octavos de final, ambos quedarán igualados en puntos. Entonces, la segunda plaza se decidiría por diferencia de goles o goles a favor en segunda instancia: hoy Argentina está en -3 (1 gol a favor y 4 en contra ) e Islandia en -2 (1 a favor y 3 en contra), con lo cual Argentina debería meter uno más que Islandia.

Argentina celebró como suya la victoria nigeriana. Así comenzaba la descripción del delantero Musa, autor de los dos goles, en el Wikipedia, retocado por algún aficionado durante un instante: «Ahmed Musa (Jos, Argentina, 14 de octubre de 1992) es un jugador argentino que nos ayudó más que Sampaoli».

Mientras, Nigeria es la que mejor lo tiene pasar. Es la única que depende de sí misma. Incluso le podría servir un empate con Argentina si Islandia no ganase a Croacia. En ese caso, si los islandeses ganasen, también dependería de la diferencia de goles, ya que en el Mundial no cuenta el duelo particular.