El serbio Novak Djokovic ganó el quinto set, y se impuso al español Rafael Nadal por 6-4, 3-6, 7-6 (9), 3-6 y 10-8, en cinco horas y 15 minutos, para alcanzar por quinta vez la final del torneo de Wimbledon, donde se enfrentará hoy al surafricano Kevin Anderson.

El encuentro había sido suspendido el viernes, con ventaja de Djokovic por 6-4, 3-6 y 7-6 (9) después dos horas y 53 minutos, y se reanudó ayer con el techo cerrado de la central. Nadal salvó una bola de partido en el 16º juego, pero presionado siempre que le tocaba servir, falló en la segunda oportunidad del serbio.

En la repetición del duelo que más se ha dado en la historia del tenis prevaleció la mente fría de Djokovic, que logró algo inédito hasta el momento: Nadal nunca había perdido una semifinal en Wimbledon.

El serbio lo logró gracias a su servicio (terminó con 23 directos, y este sábado hizo 10) y porque al revés de Nadal fue capaz de destruir los tres puntos de rotura que el español dispuso en el 15º juego. Nadal estuvo presionado siempre con su saque, porque de perderlo Djokovic cobraba ventaja y en el quinto set, eso significaba la derrota segura. El serbio prefirió atrincherarse en el fondo de la pista y esperar allí las acometidas de Nadal, que durante el primer set, fue capaz de desarbolar todas sus estrategias al salir como una bala y colocarse con 3-0. Fueron los mejores momentos de Nadal en este Wimbledon, acertado, rápido, valiente e incluso audaz, pero bajó el pistón y dejó que el serbio se recuperara. Su respuesta no se hizo esperar, 'Nole' ganó tres juegos seguidos después, aunque el de Manacor recuperó el mando para romper de nuevo en el octavo (5-3) y provocar la ira de Novak, que acabó golpeándose 4 veces con la raqueta en su pie izquierdo.

Nadal salvó dos puntos de rotura en el juego siguiente, donde cometió una doble falta, pero renació para cerrar este juego con su tercer saque directo.

La tensión era máxima en el quinto set, porque parecía que a Djokovic le faltaba el aliento. Pero el serbio sacaba adelante sus servicios a base de 'aces' o puntos de saque, mientras que Nadal sufría para defender el suyo.