Sergio García cerró hundido y dudando de su ilusión por competir el Abierto Británico que se está disputando en Carnoustie, donde encadenó su cuarto «major» sin pasar del corte después de dos jornadas en las que no logró cambiar la mala dinámica de altibajos desde que alcanzara su sueño profesional en Augusta 2017.

«No lo sé», respondió al ser preguntado por si había perdido la ilusión y la alegría por jugar al golf. El de Borriol firmó una escueta rueda de prensa ante los periodistas españoles en el recorrido escocés, donde sus gestos y palabras sí hablaban de un duro pesar, lejos de divertirse jugando al golf.

Sergio García debutó con una aciaga primera jornada en 75 golpes, cuatro sobre par. Todo le salió mal al español, que probó todos los obstáculos del campo, y este viernes se llevó otro golpe. El campeón el año pasado del Masters llegó a ponerse dos bajo par de cara a los últimos tres hoyos, el gran desafío de Carnoustie.

En el 16, el español firmó un «doble-bogey» que no había digerido aún cuando llegó a la rueda de prensa. «Espectaculares (sensaciones), otro corte fallado», dijo con un sarcasmo que no ocultaba su malestar.