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Victoria histórica

Una Bultaco de leyenda en la Vall d´Uixó

Vicente Ballester, un coleccionista castellonense, conserva la moto con la que Cañellas logró la primera victoria española en una prueba del mundial en 1968

Una Bultaco de leyenda en la Vall d´Uixó

En la década de los 60 las Bultaco TSS 125 y 250 cc oficiales de los alicantinos José Medrano y Ramiro Blanco dominaban el motociclismo de velocidad español. Sin embargo, no sería ninguno de estos dos pilotos el que ostentase el honor de ser el primer español en vencer en un Gran Premio puntuable para el Campeonato del Mundo. El autor de esta proeza fue el polifacético piloto catalán Salvador Cañellas (Santa Oliva, Tarragona, 1944) que consiguió la victoria en 125 cc en el Gran Premio de España de 1968 disputado en el circuito barcelonés de Montjuïc.

Un año antes, en 1967, en este mismo circuito, el alicantino Medrano hizo podio al ser tercero en 250 cc, también con Bultaco TSS. Con este resultado Medrano se convirtió en el primer piloto alicantino y el segundo de la Comunitat Valenciana que pisó el cajón mundialista. 21 años antes lo había logrado Paco González, el legendario piloto de Benifaió, cuando en 1956 se clasificó tercero con una Montesa 125 en el Gran Premio de Inglaterra, que entonces tenía como escenario la Isla de Man. Tras Medrano, tuvo que transcurrir una década para ver a otro valenciano en el podio. Fue Ricardo Tormo quien en 1977 se clasificó segundo en 50 cc en el circuito italiano de Imola, tras Eugenio Lazzarini que fue el vencedor y por delante de Ángel Nieto que fue tercero.

La Bultaco TSS 125 con la que Salvador Cañellas logró la hazaña de ser el primer piloto español vencedor en un Gran Premio hace 50 años, en la actualidad está en la localidad castellonense de la Vall d´Uixó y es propiedad del coleccionista Vicente Ballester. La moto está perfectamente restaurada e idéntica a como Cañellas ganó con ella en Montjuïc, no solo en su aspecto externo de chasis, chapa y pintura, sino también en el apartado motor, que está en marcha y con una perfecta puesta a punto, como quedó de manifiesto cuando el piloto catalán se montó en ella en Dénia con motivo del cincuentenario de la fundación de Bultaco en el pasado mes de junio, cuando unos días antes de que se celebrase el Gran Premio de Catalunya Cañellas evocó con ella en la montaña mágica de Montjuïc la gesta de hace medio siglo junto a los pilotos de Motogp, Marc Márquez, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Maverick Viñales, Alex Rins y los hermanos Espargaró. Espectacular fue la foto de Márquez montado con la Honda con la que lidera el mundial de Motogp junto a Cañellas sobre la Bultaco TSS de 1968. El próximo mes de septiembre, los días 15 y 16, se podrá volver a ver rodar con esta moto a Salvador Cañelllas en la 24ª. edición del Classic Racing Revival que se celebra en Dénia.

Retornando la vista atrás y evocando aquel histórico triunfo, hayque decir que la temporada de 1968 fue de un domino abrumador de Yamaha, tanto en 125 como en 250, con sus potentes motos bicilíndricas de válvula rotativa, sus pilotos Phil Read y Bill Ivy ganaron todas las carreras del campeonato menos la disputada en Montjuïc. Además de las Yamaha, estaban las veloces motos alemanas MZ con un potente equipo formado por Heinz Rosner, Dieter Braun, Kent Andersson y Jan T. Huberts. En los entrenamientos oficiales el de Bultaco se clasificó quinto, lo que le daba derecho a arrancar desde primera línea de parrilla, que en aquella época estaba formada por cinco motos (actualmente son tres).

Consciente de que las Yamaha eran inalcanzables, se mostraba optimista y confiaba en conseguir un buen resultado. Hoy, 50 años después, Cañellas recuerda la carrera. «Rosner estaba detrás de mí y arrancó su moto antes que yo y me adelantó, pero en la segunda vuelta ya le pasé. Después, pasé a Andersson en la frenada del Ángulo y me fui distanciando de él. Ni por asomo veía a ninguna de las dos Yamaha... eran de otra galaxia, ni me preocupaba por ellas. Sólo me importaba que nadie pudiera alcanzarme por detrás. Luego vino la sorpresa: vi a Read parado y pensé: ´mira, ya voy segundo´. Más tarde vi a Ivy parado en la entrada de Sant Jordi. Me costaba creer que las dos Yamaha se hubieran roto. Era consciente que tenía que mantener la concentración, no distraerme y no cometer ningún error. Crucé la meta con más de medio minuto sobre el neozelandés Molloy que fue segundo y a 1´40"del alemán Rosner, que fue tercero con la MZ. Era perfectamente consciente que el triunfo había sido consecuencia de la casualidad; de no ser por la avería de las dos Yamaha hubiera terminado tercero y eso me daba más satisfacción que la victoria en sí misma».

El piloto tarraconense siempre se ha caracterizado, además de su buen hacer sobre la moto, por su modestia y sinceridad. Y no le duelen prendas en reconocer que «para mí era un triunfo ficticio, aquellas Yamaha estaban a años luz en todo: potencia, velocidad, frenos, estabilidad. Dentro de mí, nunca le di valor real a aquella victoria y el hecho de haber sido el primer español en ganar un GP no dejaba de ser algo anecdótico para la historia. Alguien tenía que ser el primero y me tocó a mí».

Destacar que Salvador Cañellas, además de ser el primer español en ganar un Gran Premio del Mundial de Velocidad, fue un polifacético piloto de cualquier aparato con motor. Venció el GP de España (Montjuïc) 1968 con una Bultaco TSS 125 y dos años después repitió triunfo con la Derbi 50 e hizo podio en Assen en esta categoría y ganó tres veces las 24 Horas de Montjuïc. En automovilismo fue campeón de España de Rallyes, de Fórmula 1430 y de velocidad en circuito (Turismos). Además consiguió una victoria en el Dakar en la categoría de camiones.

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