El Gran Premio de Motociclismo de la Comunitat Valenciana, que comienza mañana con los entrenamientos libres, será el cuarto con lluvia desde la inauguración del Circuit Ricardo Tormo, en 1999. Las previsiones metereológicas apuntan a que habrá precipitaciones durante los 4 días, incluso a la hora de las carreras del domingo.

Aquella primera edición de 1999, la primera de las 20 que se cumplen este año, fue la más lluviosa de todas las que se han celebrado hasta el momento. En los grandes premios de 2001 volvió a llover. Tuvieron que pasar 10 años para que el asfalto estuviese mojado durante gran parte del fin de semana, especialmente el domingo. Llovió en 2011 y en 2012. Todos los demás han estado marcados por el buen tiempo, con temperaturas casi veraniegas en muchos de los casos.

La primera cita mundialista que albergó el circuito fue especialmente lluviosa. Cayó agua desde el jueves hasta el domingo de forma ininterrumpida. Quedó para el recuerdo aquella frase del recién desaparecido Salvador Gascón, uno de los impulsores del trazado: «No es lluvia, son las lágrimas de Ricardo», dijo. El piloto de Canals había fallecido un año y dos meses, en septiembre de 1998. En esa primera edición, el francés Regis Laconi (Yamaha) se llevó la victoria en la categoría reina, por delante de Kenny Roberts (Suzuki) y Garry McCoy (Yamaha), que fue el sorprndente ganador de la segunda edición. En la categoría de 250cc la victoria fue para el japonés Torhu Ukawa (Honda). En 125 ganó el italiano Gianluigi Scalvini (Aprilia). El único español en el podium fue Emilio Alzamora (Honda), que ese año se proclamó Campeón del Mundo.

La lluvia también estuvo presente en 2001, el año de la victoria de Sete Gibernau. El GP de la Comunitat Valenciana fue uno de los primeros eventos internacionales que se celebraron justo después del ataque terrorista a las Torres Gemelas. Tras un minuto de silencio en la parrilla del Circuit, los pilotos comenzaron una de esas carreras en las que ni llueve ni deja de llover, con la pista cambiante y muchas caídas.

No fue hasta 2011 cuando volvió a aparecer el agua, la última vez que un valenciano fue campeón del mundo, en 125 cc. Nico Terol terminó segundo aquella carrera, por detrás de Viñales. No necesitó más. Al año siguiente, también con lluvia, Dani Pedrosa ganó en la máxima cilindrada con la pista mojada. En Moto2, Terol subió al podio con un segundo puesto.