Como mínimo cada quince días llega el turno de estar haciendo y deshaciendo mochilas para salir fuera de casa. Es cierto que viajar es de las cosas más maravillosas del mundo. Mis amigos me dicen que me envidian por tanto hacerlo y conocer mundo, pero la realidad, normalmente, es distinta. Este tipo de viajes está planificado al detalle de manera que estemos en las mejores condiciones para rendir en el partido. Apenas disponemos de tiempo para conocer la ciudad.

Mucho también ha cambiado la manera en la que nos desplazamos de un lado a otro. Recuerdo mi primer año en la máxima categoría, jugaba en el Sabadell (Barcelona). Por aquel entonces los presupuestos de los equipos de Primera División no eran muy altos, con lo cual teníamos que hacer virguerías modo low-cost para viajar. Entrenábamos viernes por la tarde y si el desplazamiento era lejos, como por ejemplo Huelva, el entrenador nos daba el tiempo justo para ir a cenar, preparar la bolsa y montarnos en el autobús en que íbamos a pasar catorce horas hasta llegar ya por la mañana al destino.

En más de una ocasión hicimos noche sobre ruedas. La que podía encontraba la postura en los asientos, la que no intentaba echarse en el suelo construyendo una especie de cama con una esterilla típica de las clases de yoga, una manta y una almohada. No obstante las afortunadas eran pocas, el pasillo del bus no daba para mucho y la mayoría nos dedicábamos durante unas horas a ser contorsionistas y poder adaptarte a la forma de los asientos.

En los últimos, mucho han mejorado los equipos las condiciones de los viajes. Aunque todavía siguen los viajes en autobús, cada vez menos, suelen ser los partidos más cercanos.

AVE y avión son los más utilizados sobre todo por aquellos que disponen de un presupuesto más elevado. Antiguamente viajábamos y jugábamos en un mismo día, pero ahora hacemos noche.

No me declaro fan del avión así que cuando me dicen que el viaje es en AVE, como este último a Madrid, no puedo ser más feliz. Soy adicta a las series y nada mejor que subirse al tren y darle al play para desconectar de todo.

Después de 16 años sumando kilómetros a mis espaldas, con la selección española por Europa y con el club por la península, conociendo diferentes culturas y costumbres, soy de las que sigue pensando que viajar es un placer que debemos aprovechar para crecer y enriquecernos.

Para conocer ciudades tendré tiempo cuando decida dejar el deporte, hasta el momento, sea en autobús, tren o avión, me encanta que lo primero que ponga en mi mochila para el fin de semana sean las botas de fútbol.