Victoria y primer puesto aseguro. La noche casi fue perfecta porque al margen de ganar y aprovechar el tropiezo del Zenit para asegurarse el campeonato del grupo se volvió a ver en las pista a Diot, quien puso fin a 444 días de calvario. La velada no fue redonda por la lesión de Dubljevic. El montenegrino cayó sobre su tobillo izquierdo y a falta de las pruebas que se le realizarán hoy las primeras estimaciones apuntan a que sufre un esguince.

Un lunar en la mejor dinámica positivo del equipo con cuatro victorias seguidas y en un momento en el que jugadores como Rafa Martínez o San Emeterio están recuperando poco a poco su mejor nivel. La máquina se va engrasando.

El Valencia Basket salió enchufado a la pista con un gran acierto de cara al contrario que obligaron al técnico ruso a parar el partido con apenas tres minutos jugados después de un triple de Dubljevic (13-4). No cambió demasiado el panorama la pausa al choque ya que los «taronja» con un baloncesto atractivo al mismo tiempo que efectivo se marchó con una buena renta al final del primer cuarto (27-19). Ponsarnau fue valiente y apostó por la entrada de Diot, así como una mayor rotación del equipo al inicio del segundo período. Los cambios se acusaron y el Zenit, que mejoró su acierto, aprovechó la circunstancia para empatar el choque pese a los buenos minutos de Matt Thomas (34-34).

El Valencia Basket reaccionó recuperando el rigor perdido lo que además propició pérdidas de balón del conjunto ruso que estabilizó el partido en favor de los «taronja» al descanso (47-40). El Valencia Basket recuperó el instinto anotador tras el descanso gracias sobre todo a su acierto desde el triple. Los «taronja» anotaron cinco lanzamientos desde más allá de la línea del 6,75 que hicieron estéril el atisbo de reacción de un Zenit que se encomendó a la anarquía de Reynolds (74-62).

Con ciertos minutos de desconcierto, más irreal por el marcador que por sensaciones, el cuadro de Ponsarnau mantuvo con relativa tranquilidad su ventaja gracias a la solidez de jugadores como Will Thomas y Van Rossom, además de la inagotable anotación de Matt Thomas. El triunfo y el liderato estaba encaminado a quedarse en una Fonteta que ya disfruta de los suyos.