Los técnicos de los clubes de la Serie A italiana mostraron ayer su apoyo al senegalés Kalidou Koulibaly, quien fue víctima el miércoles de los cánticos racistas de parte de la afición del Inter de Milán en el duelo liguero contra el Nápoles. El técnico del Juventus, Massimiliano Allegri, el del Inter, Luciano Spalletti, el del Roma, Eusebio Di Francesco, o el del Milan, Gennaro Gattuso, condenaron con fuerza lo ocurrido, en las ruedas de prensa de la víspera de la 19ª jornada liguera italiana.

La versión italiana del célebre Boxing Day de la Premier League inglesa fue exitosa hasta el último duelo nocturno, un Inter-Nápoles marcado por la violencia física y verbal. En los prolegómenos del encuentro, los ultras del Inter y del Nápoles se enfrentaron en las afueras de San Siro, en una batalla que acabó con la muerte de un aficionado, atropellado por una furgoneta, y con cuatro apuñalados.

Las tensiones previas al encuentro siguieron dentro del coliseo, con algunos hinchas del fondo del Inter que dedicaron a Koulibaly repetidos cánticos racistas. Un gesto que provocó el castigo al club milanés a jugar dos partidos como local a puerta cerrada, más un tercero sin hinchas de la «curva». Unos acontecimientos que tuvieron fuerte repercusión en el mundo político y deportivo italiano, que se interroga ahora sobre cómo acabar con casos de racismo en el fútbol transalpino. «No tolero ninguna forma de racismo ni de insulto sobre tragedias o muertos. Hay que educar a los niños en las escuelas. El deporte y el fútbol son educativos, pero es un camino que debemos hacer todos juntos», aseguró Allegri.

Para el preparador del Juventus hay que empezar con la sensibilización de los niños, ya que estos «representarán el futuro de Italia» y centrarse en «medidas preventivas». Una línea subrayada también por Spalletti, quien expresó su decepción por lo ocurrido a Koulibaly y quien subrayó que el amor para las diferencias es uno de los valores clave del Inter.

«Condeno con fuerza lo ocurrido. Llegó el momento de decir 'basta' con el racismo, la discriminación o cánticos que evocan tragedias el pasado. Nuestro mensaje es claro. Nuestro club ama las diferencias», aseguró.

Aún más contundente fue el técnico romanista Eusebio Di Francesco, quien lamentó el hecho de que «el Estado» no logre «reglamentar» esta problemática y quien se mostró favorable a sacar a su equipo del campo en casos de insultos racistas.

Ahora, el código deportivo de la Serie A no prevé la interrupción obligatoria de los partidos cuando se escuchen cánticos racistas. Es el responsable del orden público del estadio quien tiene la facultad. «Si el Estado no logra reglamentar esto, tenemos que dar nosotros una respuesta importante. Hay que ser duros, rigurosos, nosotros debemos parar de jugar», sentenció Di Francesco.

Simone Inzaghi, técnico del Lazio, o Filippo Inzaghi, del Bolonia, compartieron este mensaje en sus respectivas ruedas de prensa mientras que Walter Mazzarri, entrenador del Torino, expresó el deseo de que los identificados como responsables de los cánticos "terminen en la cárcel".

Por su parte, Gattuso catalogó a los autores de los cánticos racistas de San Siro como «cuatro imbéciles». «He visto lanzar plátanos en otros países», dijo.

"Creo que es correcto parar el partido, pero hay que entender que son cuatro imbéciles, no todo el estadio. Lamentablemente no es la primera vez que ocurre algo de este tipo. Somos todos iguales, hace falta respeto", opinó.

"Hay que tener coraje para detener el partido y retirar al equipo. Pero no critiquemos excesivamente a nuestro país, he visto otros 'países civilizados' lanzar plátanos", concluyó el preparador del Milan. EFE

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