Un mal día condenó al Valencia Basket, que vio frenada su racha de nueve triunfos consecutivos ante el Joventut. El conjunto «taronja» se vio muy penalizado por un arranque tan frío como el ambiente que se respiraba en la grada. Fue desde el inicio y hasta el final a remolque en el marcador y en cuanto al ritmo del choque. La coralidad exhibida en los encuentros recientes quedó en el olvido. Únicamente Dubljevic y varios fogonazos de Will Thomas brillaron en medio de la mediocridad general que azotó al plantel «taronja».

Ponsarnau intentó prácticamente todo pero apenas salió nada. Su apuesta en el quinteto inicial con la presencia de un jugador que busca ritmo, Sastre, y la de otro que pelea por ser el del año pasado, Tobey, no funcionó y aunque ambos no fueron responsables únicos de la derrota, sí que dejaron un lastre que nunca se pudo superar.

En momentos de complejidad, el preparador catalán incluso llegó a echar mano de Diot, pero el francés sigue evidenciando que su evolución es muy lenta y que está todavía lejos de ser el base desequilibrante que hace dos temporadas deleitó en la Fonteta. El equipo valenciano echó en falta los puntos de Matt Thomas, Van Rossom o Rafa Martínez. El capitán, con los tres conseguidos ayer, igualó a Brad Branson como máximo anotador histórico del club en la Liga Endesa, un registro legendario, pero que quedó en un plano secundario tras haber vuelto de vacío del Olímpic.

El Joventut se hizo dueño del duelo gracias a Todorovic, Laprovittola y un actor inesperado, Dimitrijevic. El joven director de juego verdinegro logró su tope de valoración personal en la Liga Endesa y presentó sus credenciales a dar el salto a un equipo de más nivel en un futuro muy próximo.

La derrota ha puesto de nuevo cuesta arriba la Copa del Rey que tocará pelearla en las dos jornadas que restan hasta el final de la primera vuelta. Los «taronja» dependen de sí mismos, pero el margen de error ha quedado casi a cero. Los billetes a Madrid están más cotizados que nunca en la competición tan bonita e igualada como peligrosa por lo mucho que penaliza perder un partido.

El choque ya dio muestras de que iba a ser complejo tras el salto inicial. Con la pareja Laprovittola y Todorovic haciendo de las suyas, los «taronja» se encontraron un 9-0 adverso que obligó a mover piezas en el banquillo. Con un defensa blanda, el conjunto de Carles Duran se fue al final del primer cuarto con una cómoda renta (22-12). La entrada a pista de la segunda guardia de los locales con Morgan y Dimitrijevic no mermó su inspiración ante un VBC que apenas podía contener con Dubljevic como único activo la tormenta que le estaba cayendo (42-24).

En la reanudación no cambió la decoración y con más corazón y tesón que disciplina en el juego los valencianos trataron de aferrarse al choque en el tramo final del tercer cuarto después de los triples de Abalde, Van Rossom y Rafa Martínez (62-51). El Joventut aguantó pese a no tener varios minutos a Todorovic en la pista tras sufrir un golpe. Dubljevic tiró de casta para seguir vivo en el partido con dos triples de mucho mérito (73-67). El cuadro «taronja» pecó de la ansiedad por querer remontar de manera inmediata y Dawson con un rebote y un tapón cerró la victoria local. La reacción existió, pero llegó muy tarde.