Apenas hubo partido. El Valencia Basket cedió el primer choque de las semifinales del «Playoff» ante el Real Madrid en un encuentro en el que se compitió lo mínimo y que tras al descanso apenas deparó emoción. La declaración de intenciones de Ponsarnau de tratar de crecer durante la serie quedó plasmada, así como la falta de frescura de un equipo lejano a su imagen habitual de lucha y pelea. El técnico «taronja» tendrá ahora la tarea de revitalizar, principalmente a nivel moral, a sus jugadores para recobrar el nivel de competitividad exigible en unas semifinales de la Liga Endesa.

El Valencia Basket salió falto de forma al encuentro con una defensa demasiado encajonada atrás, que favoreció los ataques de un Real Madrid prácticamente infalible en el tiro y que obligó a Ponsarnau a pedir tiempo muerto tras el tercer triple conseguido por Randolph (20-7). Mejoró el cuadro «taronja» en los siguientes minutos, gracias a la entrada en la pista de Van Rossom y el acierto de Will Thomas, detalles que sirvieron para achicar agua y mitigar algo la desventaja al final del primer cuarto (26-18). Empeoraron las cosas con el paso de los minutos, ya que los valencianos siguieron sin encontrar su sitio mientras que el Real Madrid siguió incontestable con el ingreso además en el choque de jugadores como Llull o Causeur que dispararon la ventaja blanca (41-23). El técnico «taronja» trató de echar mano de la raza de Rafa Martínez para tratar de estimular a los suyos aunque apenas causaron efecto con un 48-33 que dejaba muy cuesta arriba el partido a la conclusión de la primera mitad.

Tercer cuarto muy malo

Tras el descanso se rompió definitivamente el encuentro. El Valencia Basket bajó definitivamente los brazos pese a un tiempo muerto muy expresivo de Ponsarnau en el que pidió a sus jugadores que por lo menos cometieran faltas. El cuadro «taronja» perdió totalmente su gen competitivo y de lucha para descarrilar de manera definitiva. El Real Madrid, sin hacer nada especial mantuvo el rigor en la cancha para disparar su ventaja tras un triple de Carroll (70-38). Era el momento de tirar de orgullo para recobrar sensaciones de cara el segundo partido de la serie que se disputará mañana. El Valencia Basket mostró algo más de vigor en defensa, aunque en ataque siguió mostrando excesiva inconsistencia que apenas le valió reducir algo las diferencias en el electrónico (78-53). Ganar el último cuarto fue la esperanza a la que hay que apelar ahora. Borrón y cuenta nueva.