El siglo XX tuvo un campeón. Genovés marcó el siglo XX y si el torneo hubiera comenzado diez años antes, tendría diez títulos más. El siglo XXI tiene el suyo: Soro III, que el sábado tuvo el coraje y el carácter para no venirse abajo ante la petición unánime de que ganara Genovés II por aquello de la justicia poética, titular que no pudo ser. Hay que ser grande de espíritu para sobreponerse a los tres juegos consecutivos que remontó un pelotari aupado por toda la afición.
En 1986 comenzó un campeonato al que los jugadores tenían demasiado respeto- muchos se abstenían de participar- y los trinqueters no le veían punta por ninguna parte, ¿Qui es jugarà diners en contra del Genovés, jugant mà a mà, si està guanyat a tres triats?, decían. Conclusión: el Individual se adelantó treinta años a la decisión de poner en plano secundario a las apuestas. Se adelantó treinta años a lo que ahora se proclama por modernidad. Y este diario, con una información a cuatro columnas que merecía una noticia impactante, puede estar orgulloso de su historia al lado de este deporte y en especial de esta competición. Aquella tarde el presidente Víctor Iñurria contestó a la llamada telefónica para certificar que, efectivamente, iba a ponerse en marcha la competición que el pasado sábado alcanzó su cima de brillantez en los casi veinte años desde que comenzará el siglo?
En la final del sábado se mostró la profesionalización en la imagen. Se copia lo mejor de otros deportes y ese recuperar a grandes figuras como Grau es dignificar la historia vivida en los últimos decenios. En la final de ayer sólo sobraron esos compases musicales en plena partida. Creo que no solo no eran necesarios, pues toda la atención debe estar en el caminar de los pelotaris, en cualquiera de sus gestos, que todos tienen valor, y no en la elección de esta o aquella versión valenciana o inglesa. En mi opinión descentraban la atención de aquello que merece todas las atenciones durante la disputa del juego, que es golpeando, secándose el sudor o comentando con el amigo la situación. En ese sentido un sobresaliente a la realización televisiva. Supo captar todos los gestos que merecían ser captados.
La pilota tiene un gran campeón. Ayer nos confesaba Quico el secreto de superar la presión emocional a la que tuvo que enfrentarse: «Si jo haguera estat en les grades també haguera volgut que guanyara Jose. Pero estava en les lloses i allí era jo qui havia de guanyar. Era conscient de les dificultats a les que anava a enfrontar-me». Un campeón que habla así, es el más digno de los reyes de este deporte.
