El partido número 100 del Valencia Basket en la Euroliga no pudo tener un desenlace mejor. El cuadro «taronja» asaltó la pista del Khimki para lograr un triunfo que vale oro ya que tiene un sabor doble al superar a los rusos en la tabla y conseguir también el «average». Los de Ponsarnau evidenciaron haber tomado el pulso totalmente a la Euroliga con un San Emeterio dio un nuevo recital.

Con la seriedad y el acierto por bandera, el Valencia Basket saltó a la cancha del Khimki con el objetivo de mostrar sus credenciales para conseguir el triunfo. Tres triples de los «taronja», unido a dos buenas acciones de Sastre y Ndour obligaron a Kurtinaitis a pedir tiempo muerto cuando ni siquiera se llevaban cinco minutos de partido (5-13). El festival triplista de los valencianos se mantuvo durante el primer cuarto con especial mención para Doornekamp, que anotó tres, y San Emeterio, que consiguió dos. Pese a ello, el rebote ofensivo del Khimki sostuvo a los rusos para estrechar el cerco a la conclusión del primer capítulo del choque (23-29).

Las rotaciones penalizaron a los de Ponsarnau. La entrada de Colom o Loyd restó algo de fluidez al juego y los de Kurtinaitis, sabedores de que en la zona es donde podían hacer daño, insistieron por dentro (30-31). Evans, Gill y la ascendencia de Shved se encargaron de propulsar a los rusos ante un Valencia Basket que pese a la buena dirección de Van Rossom y la firmeza bajo los aros de Labeyrie vio como aumentaba la desventaja (43-40). En un toma y daca, los «taronja» se fueron al descanso por detrás pese a las buenas sensaciones (47-44).

Sobriedad hasta el final

Le sentó bien el paso por los vestuarios a los valencianos que de nuevo recuperaron el rigor ofensivo y apretaron las tuercas en defensa para retomar de nuevo el ritmo del encuentro y la delantera en el marcador (51-56). En una situación favorable, el Valencia Basket cayó en un bucle de errores con pérdidas de balón atrás y sequía anotadora propiciada por la subida del listón defensivo conllevó un parcial de 11-0 con el incontestable empuje de Shved para revolver de nuevo el electrónico (62-56). Ponsarnau se vio obligado a mover piezas por el lógico desgaste del partido y salió bien la fórmula. Con un buen Colom en la dirección y una defensa más firme sobre Shved los «taronja» sellaron un parcial de 0-7 en el tramo final del tercer cuarto para llegar al último con una mínima renta (62-63).

Pese a que los rusos arrancaron con fuerza el cuarto período, el Valencia Basket mostró temple y paciencia para aguantar estas embestidas y mantenerse en el encuentro (67-69). Un triple a la desesperada de Shved y la sobriedad de Jovic devolvieron la ventaja a los locales (73-71). Los valencianos recuperaron su madurez para no irse y con un trabajo inconmensurable de Abalde en el rebote, el inacabable abanico de recursos de San Emeterio y el incansable trabajo de Labeyrie sustentaron una remontada que fue definitiva para arrancar a lo grande la gira rusa. El viernes llegará otra prueba ante el Zenit de Will Thomas en San Petersburgo.