El Valencia Basket se trajo el pleno semanal en la Euroliga con otra victoria en Rusia que además le hace encadenar su tercer triunfo seguido como visitante, hito que había sido inalcanzable. Al igual que en Moscú, el conjunto de Ponsarnau evidenció que la buena dinámica no es ni mucho menos fruto de la casualidad. El bloque se ha adaptado plenamente a su traje continental y basado en el colectivo ha logrado equilibrar su balance de triunfos y derrotas para reafirmar su candidatura a estar entre los elegidos hasta el final. Pese a perder la lucha en el rebote, el Valencia Basket enfatizó que más allá de los nombres está el equipo. Sin Tobey ni Dubljevic, el bloque no ha bajado su rendimiento. Ponsarnau seguirá con su día a día y en silencio. Es su seña de identidad pero su mérito es incuestionable. La perseverancia en una idea está dando frutos y lo que parecía abocado a un año de sufrimiento ya ofrece visos de ilusión.

El encuentro abrió fuego con alternativas por parte de los dos equipos. El Zenit castigó el rebote ofensivo, aunque una buena aportación de Ndour y los puntos de San Emeterio y Vives dieron las primeras ventajas a los «taronja» (4-9). El conjunto ruso con Renfroe y el tiro exterior de Ponitka comandó una reacción que culminó con un parcial de 8-0 (12-9). El choque se mantuvo en unos parámetros de impulsos en los que ni Plaza ni Ponsarnau lograban que sus jugadores marcaran el ritmo del duelo. Los cambios se tradujeron en un mayor acierto de los valencianos que con la dirección de Van Rossom y el acierto de Marinkovic impulsaron al Valencia Basket para llegar por delante al final del primer cuarto (16-20).

El guión del choque se mantuvo en esta buena línea para los de Ponsarnau. Junto a Marinkovic, la sobriedad de Abalde y la frescura de Doornekamp marcaron una brecha interesante en el electrónico mediado el cuarto (25-32). Sin embargo el rebote ofensivo penalizó a los «taronja». Iverson se convirtió en una pesadilla en la zona y unido a un triple de Albicy permitió al Zenit ponerse por delante de nuevo (34-32). El partido aumentó su velocidad en el tramo final de la primera mitad, impulsado principalmente por la eclosión desde la línea de tres puntos. Con un porcentaje más elevado que su rival, el Valencia Basket aprovechó su talento para llegar al descanso con ventaja y con la confianza de haber sido mejor que los rusos (42-46).

Con las ideas claras

Los de Ponsarnau irrumpieron con mucha seriedad en la reanudación con una defensa muy firme y las ideas muy claras. El Zenit se ahogó a nivel ofensivo y el Valencia Basket con un juego mucho más definido obligó a Joan Plaza a parar el encuentro tras un triple de Doornekamp (46-54). Los rusos no terminaban de poder coger confianzas porque los valencianos con un trabajo de ayudas en la pintura y mucha paciencia en ataque estiraban algo más su ventaja en una rápida acción de Motum (51-60). El australiano se convirtió en la sorpresa más positiva de los «taronja» para dejar el electrónico en una situación interesante de cara a los últimos diez minutos (51-63).

Cuatro puntos consecutivos de Marinkovic dispararon la renta del Valencia Basket en el período definitivo (53-67). En un escenario que parecía propicio, el Zenit mejoró su porcentaje de acierto imponiendo principalmente su dominio bajo los aros. Con Zubkov como principal estilete los de Joan Plaza empataron tras un triple de Voronov (74-74). En este momento de complejidad, los «taronja» volvieron a mostrar aplomo (76-81). Los rusos se encomendaron al triple para voltear lo inevitable. La victoria voló hasta La Fonteta. Una más. Sin límites.