La labor formativa de Aaron Good en Les Abelles ha dejado huella. Cómo no lo va a hacer, tratándose de un técnico de los All Blacks. El salto que le falta al rugby español, dice, es saber cómo gestionar las habilidades básicas del rugby en un escenario de presión. Good, que hace honor a su apellido fuera y dentro del campo, ha quedado entusiasmado con el ambiente que se ha encontrado en Les Abelles, donde se sintió como pez en el agua.

¿Qué hace Aaron Good por Valencia?

Estoy para ayudar con conocimientos del rugby a las diferentes categorías de Les Abelles, desde sub16, sub18, los seniors y las chicas. Se trata de transmitir de forma analizada todo lo que pueda hacerles llegar. Aparte de enseñar a los chicos, es fundamental estar aquí para ayudar a los entrenadores, que son los que realmente van a transmitir lo que es el rugby.

¿Qué tan grande sigue siendo la diferencia entre el rugby neozelandés y el español?

Pueden parecer cosas sencillas, habilidades básicas del rugby como pasar la pelota, recibir el balón, generar espacios o tomar decisiones, pero esto llevado a un momento de tensión o presión en el juego no es sencillo. Ahí radican las grandes diferencias entre los dos 'rugbis'. Sobre todo, hay que formar a los formadores. Insisto en que eso es lo importante.

¿Qué conocía de Les Abelles? Es un club con mucha tradición en València. ¿Qué ambiente se ha encontrado?

Me ha llamado mucho la atención que esté tan lleno de vida, con tantos niños y jóvenes juntos por su pasión por el rugby. Es satisfactorio verlo, porque aquí en España domina mucho el fútbol. Me ha encantado el ambiente, se ve que es un club muy sano y con muy buena base. Si los cimientos son fuertes, siempre habrá un buen edificio.

En València hay muchas instalaciones de fútbol, pero pocas de rugby. ¿Qué le diría a los políticos valencianos para que ayuden a fomentar el rugby?

Simplemente que se acercaran a ver como es un día de entrenamiento, que vean todo lo que el rugby aporta a los chavales, lo bien que se lo pasan practicando un deporte tan completo y con tantos valores como el rugby y lo limitados que están en cuestión de espacio. No es baladí decir que hacen falta más instalaciones.

¿Qué concepto está especialmente interesado transmitir? Siempre hay alguna obsesión especial por contagiar algo.

Pues sí, la hay (sonríe). Quiero transmitir la trascendencia, y esto es un mensaje para la federación, de cómo entrenar a los entrenadores. Que sean los mejores entrenadores posibles para que formen a los mejores jugadores posibles.