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Va de bo !

El virus gana la partida a pelayo

Quart golpea la pilota en la histórica partida de 1937 en Pelayo. levante-emv

Un virus del que se desconoce casi todo, una ínfima unidad de vida microscópica ha conseguido derribar la economía mundial a la que no es ajena el deporte aficionado y profesional. Asistimos estos días a la suspensión, aplazamiento y cancelación de citas deportivas a lo largo y ancho del mundo. Evidentemente también en tierras valencianas. Ni siquiera en un Estado de Guerra, se había visto algo semejante.

La pilota valenciana tiene aplazadas todas sus competiciones y citas, incluidas las actividades de sus escuelas, de sus clubes, jueguen al aire libre o en recintos cerrados. Todos recluidos. Ni la guerra civil del 36 al 39 pudo paralizar Pelayo, por ejemplo. El Coronavirus lo ha hecho. Tal es la situación de gravedad y pánico provocados.

El día que comenzó la guerra, el 18 de julio de 1936 Pelayo anunciaba su habitual partida. El día que las tropas de Franco entraban victoriosas en la capital valenciana, Pelayo iba a la suya. Mientras la plaza de la Virgen se llenaba en una misa de campaña multitudinaria Pelayo programaba dos partidas ante unas pocas decenas de espectadores: Pallero, Mora, Sánchez, Aranda, Ibáñez, Pedreguer y Germán fueron los protagonistas.

Durante el periodo de la guerra el Trinquet de Pelayo, como bien nos recuerdan Recaredo y Víctor Agulló en su impresionante trabajo sobre la historia de este Trinquet, la gerencia del recinto fue encargada por el comité revolucionario, a un legendario pelotari: El Faixero de Gandia, que en realidad nació en El Pinoso. Durante los primeros meses de la guerra, y aún bien avanzada la misma, las gradas de Pelayo se vieron especialmente animadas en partidas que anunciaban a jugadores como el Xiquet de Quart, Lliria, Ibáñez, Fuentes, Guara o Chelaet.

La partida más famosa, la que quedó grabada en la máquina de Finezas fue la que se organizó en solidaridad con los marineros del Komsomol, un barco soviético que fue hundido por el crucero Canarias. La sociedad valenciana organizó festivales de solidaridad con los marineros y con la Unión Soviética. Fue un día de febrero de 1937. Pelayo se llenó a rebosar. Dos partidas: en la primera, Lliria y Juliet contra Quart y Llimonero; en la segunda: Guara, García y Micalet contra Chelat, Mora II y Lloco. Era tal el prestigio del Faixeret de Gandia entre pelotaris y aficionados, que acabada la contienda, en un nuevo tiempo, continuó en su misión.

Atrás había quedado una incivil contienda que, con toda su crueldad no consiguió paralizar la vida social de València, como ha conseguido un virus que ha demostrado ser infinitamente más mortífero. De hecho ha sido el único que ha ganado la partida a Pelayo desde su inauguración en agosto de 1868.

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