Con esta operación, «el Consejo cumple con el objetivo que se marcó de reestructurar su deuda dejando atrás los créditos con derechos privilegiados con sus acreedores financieros y diseñar una nueva estructura financiera con la que afrontar la remodelación del estadio para adaptarlo a los requerimientos técnicos de LaLiga». El estadio se convertirá en «una instalación renovada y generadora de nuevos ingresos que, junto con la nueva ciudad deportiva de Nazaret, serán referentes por su modernidad y vanguardismo en València». En este momento, al margen del nuevo crédito, el Levante solo tiene pendientes dos millones de euros con el Ayuntamiento que no son exigibles a corto plazo, amén de una una provisión de fondos de 800.000 para cantidades no reclamadas del concurso de acreedores. Después de varios ejercicios seguidos con superávit y solo una temporada en Segunda desde 2010, el club ha reducido su deuda en 45 millones, una cantidad ligeramente inferior al préstamo con el que ahora entra en una nueva dimensión.