Dicen que en los deportes de velocidad, todo puede cambiar en un parpadeo. Y en el caso del Gran Premio de Austria disputado ayer en el circuito de Spielberg, la cita puede considerarse casi una certeza. Primero por las apenas 49 milésimas por las que el piloto de Algemesí, Jaume Masiá, perdió la victoria frente a Albert Arenas. Los intentos de escapada que el valenciano probó en los últimos giros -y que le permitieron entrar con ventaja en los momentos finales- se desvanecieron a falta de dos curvas, momento en el que Arenas le superaba. Masiá se tenía que conformar con ser segundo, el mejor resultado del año, pero también con cierto toque amargo. Tras el, John McPhee -que se veía beneficiado por las sanciones a Ai Ogura, Darryn Binder y Celestino Vietti- cerraba el podio, mientras que los valencianos Sergio García Dolç y Carlos Tatay, se quedaban fuera de los puntos.

El susto, en MotoGP

Sin embargo, la imagen del día se vio en MotoGP, cuando tras un choque entre Franco Morbidelli y Johann Zarco, una de sus motos salió despedida a gran velocidad pasando a centímetros de las monturas de Valentino Rossi y su compañero Maverick Viñales. Este incidente, que obligó a paralizar la carrera, fue la mayor muestra de una prueba muy accidentada que se acabó llevando el italiano Andrea Dovizioso, seguido del español Joan Mir y del australiano Jack Miller. Iker Lecuona, el único valenciano de la categoría, finalizó noveno.

Por otro lado, en Moto2, la suerte no estuvo con los valencianos. Arón Canet se tenía que conformar con el noveno puesto, mientras que Héctor Garzó se llevaba con su 15º el último punto en juego. Jorge Navarro, por su parte, se fue al suelo en la primera vuelta. La victoria en la prueba era para Jorge Martín, con un Luca Marini, que se colocaba como líder del mundial, segundo en meta.