Cuando en mi pueblo todavía las gentes del campo gastaban carros y «forcats», en Buñol, años sesenta, ya había semáforos. La empresa de cementos empleaba a cientos de trabajadores y un montón de fábricas de papel daban vitalidad a un pueblo que sobresalía sobre los de la comarca y que atraía a trabajadores que llegaban en busca de vida digna desde lugares lejanos. Y a las afueras del pueblo, más allá de Las Ventas, al poniente, sobre el precioso paraje de la fuente de San Luis, podías leer con letras bien grandes Estadio Beltrán Báguena. Nada de Campo, Estadio, con capacidad para tres mil espectadores. Y cuando los campos de fútbol eran de tierra dura y los porteros gastaban rodilleras, en Buñol se plantó césped como los equipos de Primera. Hubo un tiempo en el que este equipo, a mediados de los sesenta, alcanzó la categoría de jugar en tercera división nacional y las crónicas de sus partidos se podían leer en el Marca. Buñol, a la que se llegó a denominar la Suiza Valenciana, disfruta del valor cultural de la música, con dos de las bandas más prestigiosas del mundo: Los Feos y los Litros, La Artística y la Armónica, con premios en todos los certámenes naciones e internacionales y con decenas de músicos profesionales repartidos por toda España. Ahora son famosos por la Tomatina, fiesta que, seguramente, tiene más adeptos fuera del pueblo que entre sus propios vecinos.
El club de fútbol cumple cien años. En sus inicios se llamaba Buñol Sporting club. En ese tiempo, han recibido por tres veces la visita del primer equipo del Valencia CF: en las fiestas de agosto, de los años 1935, 1954 y 1956. Todo eso lo recuerdan los viejos aficionados buñoleros pero en toda esa bella historia de fidelidad con el deporte rey, nada comparable con lo que van a tener oportunidad de vivir en próximas fechas. El Buñol, equipo de la Regional Preferente valenciana, se enfrentará en partido de Copa del Rey contra un equipo de la Primera División. Han ganado el derecho tras vencer a domicilio a un equipo canario. Podrían jugar contra el Atlético de Madrid o con el Valencia, entre otros. El lunes, día del sorteo, lo sabremos Sus jugadores están que viven sin vivir en ellos, en un sueño hermoso que, desgraciadamente, no van a poderlo compartir con los tres mil aficionados que llenarían a rebosar el Estadio pero que el virus obligará a quedarse en casa. Lo podrán seguir por Radio Buñol, pues en este pueblo, se cuida la cultura y no falta una muy digna emisora radial con programación variada y reserva de espacios de promoción de la cultura. Y se edita prensa comarcal con la línea reivindicativa de un pueblo que quiere recuperar vitalidad social y económica. Imaginamos que alguna televisión podrá ofrecer un duelo que pasará a la historia. Ni cuando se inauguró el ferrocarril Valencia-Buñol el 31 de julio de 1883 hubo tanta fiesta como la que se espera gracias a la gesta de estos chavales que entrenan después de jornadas de trabajo y que patean la pelota con tantas o más ganas que puedan hacerlo Messi o Ronaldo. Por unos días sueñan con jugar contra aquellos que han jugado contra esas dos grandes figuras en el campo de un club centenario que no pudo soñar mejor celebración. De Buñol, un servidor sólo tiene una queja: han dejado perder las partidas de pilota en la calle Colón los lunes y martes de la semana de fiestas pero de eso escribiremos otro día. Hoy toca disfrutar de esta hazaña que compartimos todos los de la Hoya. Por unos días Messi y Cristiano y todo lo que ellos representan dan paso a los humildes obreros y campesinos.
