La selección española femenina de balonmano, actual subcampeona de mundo, comenzó su andadura en el Europeo de Dinamarca con una clara derrota (31-22) ante la de Rusia en un encuentro en el que las Guerreras no fueron capaces de encontrar su juego, ni en defensa, ni en ataque, en toda la segunda parte. Una circunstancia que acabó por desesperar al conjunto español, que acabó concediendo un sinfín de pérdidas de balón, que condenaron a las de Carlos Viver a una severa derrota.

Y eso que España pareció saltar a la pista con la lección bien aprendida. Recuperó terreno tras un mal inicio y se puso 11-8 por delante, antes de un parcial demoledor de las rusas, que se fueron con una ventaja de 13-11 al descanso. España no sólo no logró enjugar esa desventaja en el arranque de la segunda mitad, sino que vio como crecía todavía aún más hasta alcanzar unos peligrosos cinco goles (20-15) de diferencia.