Sin ideas hasta la salida de Marco Asensio al terreno de juego por una lesión del brasileño Rodrygo, el Real Madrid, plano, sin fluidez y bastante previsible, superó al Granada 2-0 gracias a la electricidad de un jugador que mostró parte del nivel que parecía oculto. Hace tiempo que se esperaba a Asensio, olvidado en las alineaciones sólo con minutos en las segundas partes. Casi nunca había vuelto a ser el futbolista decisivo que cortó su progresión con una lesión grave en una rodilla. Sin duda, necesitaba una aparición para tomar moral.

De nuevo suplente ante el Granada, sólo la salida por un problema muscular de Rodrygo a los 37 minutos permitió a Asensio disputar más tiempo del habitual. Y fue clave. En apenas diez minutos de la segunda parte, dio un vuelco a una situación peligrosa. Sus acciones, un espuelazo al palo, y una gran jugada que culminó con el gol de Casemiro que abrió el marcador, sentenciaron el orden del Granada. Sólo una posible mano de Casemiro a un disparo de Puertas que revisó el VAR puso en aprietos al Real Madrid, que remató la faena con un contragolpe de Karim Benzema, en racha en los últimos tiempos. Al final, los hombres de Zidane igualaron al Atlético de Madrid en la cabeza de la tabla. La clave fue Asensio. Renació y el Real Madrid encadenó su quinta victoria consecutiva.