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VA DEBO

ADIÓS AL XATET DE MUSEROS

ADIÓS AL XATET DE MUSEROS

Nos ha dejado para siempre la persona física de Vicente Ruiz Sanfélix. Con 89 años se ha ido El Xato de Museros. Que las gorras y sombreros se alcen en señal de respeto y de recuerdo; que las nuevas generaciones aficionadas al más viejo de los deportes que se conservan en esta tierra graben en su memoria el nombre de un jugador de leyenda; que en la intimidad de cada uno de los jugadores, de cada uno de los aficionados brote una oración o un recuerdo para aquel que hizo del Joc de Pilota Valenciana una obra de arte. Aquel niño monaguillo en la iglesia de su pueblo, que aprendió el arte musical con el bombardino, hizo de la pilota vaqueta el pincel con el que se dibujaban los más bellos trazos del cuadro que cada tarde pintaba en cada trinquete valenciano. Jugó de punter pero fue el mejor resto porque sabía como nadie preparar el quince castigando a los rivales. Nadie como él buscó con la mayor precisión el punto exacto donde doblegar a los contrarios; tallant corda o buscando la galería, descargando el ritmo en la escalera o castigando en la careta. Puede parecer una exageración pero podían pasar decenas de partidas sin que nadie le viese errar una pelota. Su nombre fue la referencia para los punters y mitgers que llegaron tras él desde aquella fatídica tarde del 27 de marzo de 1976 cuando en el trinquet de Almassora una pelota rebotada de la pared le ocasionó la pérdida de un ojo. A los 34 años hubo de abandonar el deporte que amaba, con el que disfrutó e hizo disfrutar, con el que ganó amigos por todo el territorio valenciano porque Vicente era además de un soberbio pelotari una persona entrañable, cercana y humilde. Se organizaron varias partidas de homenaje y de ayuda al pelotari en aquellos momentos difíciles. Todos sus compañeros se volcaron con su persona. En Pelayo, el 30 de abril de 1976, Genovés, Ruiz y García vencieron a Eusebio, Roget de Riola y Pascual por 60 a 35 tantos. Paco Genovés ofreció una de sus mejores exhibiciones.

Al igual que Ferreret y Ruiz, sus paisanos, comenzó a jugar en la calle de la Iglesia de su pueblo, a Llargues, contra los mejores equipos de la comarca hasta que el Tío Pena le dio las primeras oportunidades en el trinquet de Massamagrell. Alguien que le vio afirmó que aquel chaval no necesitaba aprender a jugar «perque al Xatet el pariren jugador de pilota». No puede haber mejor descripción de sus cualidades. En la música hay que aprender métodos de solfeo e instrumentos, el Xatet no ne cesitó ningún método. Venia de la cuna con el titulo de catedrático. Debutó en Pelayo el 23 de marzo de 1949, con 17 años. Morquero y el Xatet de Museros contra Pasqual I y Micalet. Finalizada la partida – recuerda Lorenzo Millo en su libro El Trinquet- Micalet le dijo al Rullo de Riba-roja: «Lo que a mi m’ ha costat deprende vint anys ho ha deprés este xiquet en un dia». Y es que, efectivamente, Vicente fue pelotari desde el momento de venir a este mundo.

Allá donde vaya saludará a todos, sonreirá con quien se tropiece y seguro que formará trío con Ferreret y con Ruiz, que le esperan. Y el empresario del cielo organizará el mejor desafío con todos los grandes ases como espectadores para disfrutar del juego del que nació pelotari y vivió amando este deporte hasta el final de sus días terrenales. Descanse en paz uno de los grandes.

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