Kieffer Moore, con un gol para Gales en el tramo final del partido ante Suiza, oscureció el debut del cuadro helvético, vistoso hasta la última media hora y castigado tras ceder terreno después del tanto de Beer Embolo que adelantó a los hombres de Vladimir Petkovic. El fútbol fue algo injusto con Suiza, que durante casi todo el encuentro llevó las riendas de un encuentro en el que se vio las caras con la sorpresa agradable de Francia 2016. Gales, semifinalista en la pasada edición, inició la Eurocopa ilusionada pero con el nombre de Gareth Bale demasiado acaparador en todos los medios.

El todavía jugador del Real Madrid no cumplió las expectativas. Con Gales se transforma y se esperaba que en el Estadio Olímpico de Bakú dejará atrás su imagen irregular del curso en el Tottenham para dar un golpe encima de la mesa.

No lo tenía nada fácil. Su rival, Suiza, experta en apuntar maneras y no llegar lejos en los torneos, tiene una colección de buenos jugadores en su punto de maduración. La cosecha de 1992-1994 ha llegado a su momento perfecto de cocción y casi toda esa generación se encuentra en la edad perfecta para un futbolista, entre los 27 y los 29 años.