El desgaste y el cansancio de la semana en curso pasó factura al Valencia Basket en Logroño. Tanto es así que el duelo ante el Campus Promete deparó un guión muy alejado del esperado y en el que se echó mucho de menos a Cristina Ouviña. Afortunadamente, las ‘taronja’ salieron airosas de un envite en el que tocó sufrir y tirar de oficio al final para sacarlo adelante.

A las valencianas les costó un mundo cogerle el pulso al encuentro. Lo compensó en defensa en un primer momento, hasta que el colapso empezó a extenderse demasiados minutos. Lo aprovechó el Campus Promete para abrir una pequeña brecha en el electrónico (12-6; min. 7), lo que motivo la entrada en pista de Anna Gómez, Allen y Raquel Carrera.

Los cambios le vinieron bien al equipo para recobrar la intensidad, aunque los puntos seguían llegando a cuentagotas. Con todo, las ‘taronja’ lograron enderezar el rumbo y acabar el cuarto un punto arriba tras una acción sobre la bocina de Gómez (12-13; min. 10). La de Alfara del Patriarca asumió responsabilidad e intentó echarse el equipo a la espalda, pero al resto le faltaba una marcha. Al espesor y los problemas ofensivos se sumaron dos triples muy lejanos de Nogic que llevaron al Campus Promete a instaurar su máxima renta en el choque (25-17; min. 14). Las alarmas saltaban en el banquillo ‘taronja’ ante alta de acierto del equipo. La reacción no terminaría de llegar pero, aún así, el Valencia Basket logró recomponerse para reducir diferencias antes de llegar al descanso (31-28; min. 20).

Salió con más intensidad el equipo de Rubén Burgos tras el paso por los vestuarios, lo que le permitió ponerse pronto por delante tras un triple de Lorena Segura (34-35; min. 23). Las locales, sin embargo, no iban arrojar fácilmente la toalla y respondieron a cada uno de los golpes de su rival. De tal manera que, aunque tras un 2+1 de Ángela Salvadores las de La Fonteta lograron su máxima renta en el marcador (44-48; min. 29), el perímetro del Campus Promete la dejó sin efecto antes incluso de alcanzar el cuarto definitivo (49-48; min. 30). El Supercampeón de Europa estaba en apuros.

Los errores desde el tiro libre y los bajos porcentajes en el juego exterior eran un lastre que tocaba subsanar desde la defensa (54-54; min. 34). Así lo entendió el Valencia Basket, que a falta de la brillantez del viernes ante el Ekaterimburgo tiró de oficio y experiencia para sacar un partido que se le complicó mucho más de lo previsto. Sería tras un parcial de 0-7 (54-61; min. 37) que, pese a restar todavía tres minutos de encuentro, resultaría definitivo para el 58-63 final.