El cambio de ciclo en el Levante tiene el nombre de Pereira: trotamundo en el universo del fútbol que, durante su carrera, se ha movido según los desafíos y el instinto competitivo. El Levante, club en el que militó como segundo de Juan Ignacio Martínez, no es para menos. Ser primero en la élite, tras años de trabajo en la sombra, es un reto con el que sueña con estar a la altura de la circunstancia .

¿Cómo está?

Estoy feliz de estar aquí. Me faltan horas de momento, está yendo todo muy rápido. Me encontré con el primer partido encima y hay mucho que preparar, pero todos los trabajadores del club han hecho posible que esta adaptación sea lo más rápida. También debido a la voluntad de los jugadores que se han puesto enseguida a disposición. Tuvieron un entrenador durante mucho tiempo al que estaban acostumbrados, pero entienden cómo es el fútbol.

Que la llamada sea del Levante le hace todo más cómodo y tranquilo.

Es un club muy familiar. Te vuelve el instinto de tanto tiempo, de las dos temporadas que viví. Te sientes como en casa. Si vas a otro club que no conoces, incluso en el extranjero, la adaptación es más lenta ya que quieres tenerlo todo a tu medida.

¿Tuvo miedo de que el acuerdo se cayera?

Sí. Allí en China son seis horas más, entonces hablaba con España de madrugada. El Levante me decía que era el elegido pero que tenía que salir. Evidentemente se lo prometí, la decisión ya estaba tomada. Aunque no querían que me fuera, tenía buena relación con el Henan Yianje, pero la postura fue clara. Me quedaban tres meses de contrato allí, por lo que ellos tampoco disponían de mucho poder para mantenerme.

Ha trabajado mucho para llegar a la élite. ¿Qué sensación tiene cuando mira atrás?

He disfrutado del trayecto. Hay un momento como profesional en el que vas creciendo. Llega un momento de madurez en el que no engordas tu ego por llegar a Primera, sino que has disfrutado del camino. Le doy gracias al fútbol porque ha merecido la pena todo el trayecto. Para mí ya no es el hecho de seguir entrenando, es lo que he sentido en cada momento. Si he tenido que romper un contrato porque tenía un reto delante lo he roto. Siempre he acertado en estas cosas, lo que me ha movido es el instinto competitivo.

¿A nivel futbolístico ha cambiado su mentalidad?

Indudablemente. Tú vas siendo según las experiencias que vas acumulando. Haber trabajado en tantos países, con jugadores distintos, con cuerpos técnicos y mentalidades diferentes... También cómo le va llegando el mensaje a los jugadores, porque tú puedes dar una orden, pero si la das, por ejemplo, a tres futbolistas de distinta nacionalidad, cada uno puede interpretar el mensaje de manera diferente. Entonces hay que hacer mucha empatía ya que son dinámicas de grupo. En España se juega de forma muy similar, pero hay otras cosas que hacen otros países que yo añadiría a mi mochila y que les sacaría provecho. Esa suma de experiencias me han convertido en otro entrenador, y seguramente, en un año seré diferente.

¿Qué idea tiene Javi Pereira en este Levante?

A mí me gustan los equipos dinámicos y verticales, y yo siempre digo que si se puede atacar rápido, que se ataque rápido. Porque atacando rápido y trazando acciones en menos de siete pases puedes coger a una defensa despoblada. El fútbol es sorpresa, verticalidad y atacar la portería contraria. Si cada vez que recuperamos el balón, tenemos que dar un pase de seguridad y tenemos que hacer quince pases para desequilibrar alguna estructura defensiva alguna vez podremos hacer gol, pero, por ejemplo, nosotros no tenemos futbolistas a los que darles el balón y que resuelva. Pero me gusta que cuando no podamos atacar rápido, que nos sintamos cómodos con la pelota y no la despidamos. Hay que dominar todas las fases del juego, pero me gusta jugar en campo contrario y también, cuando no tengamos presión alta, me gusta estar atrás y jugar en transición, aunque el fútbol que me gusta de verdad es el dinámico, el vertical, el que mira a la portería y el de no sumar pases por sumar. Sino hacerlo con la idea de percutir.

¿Mejor recuerdo?

En la mayoría de equipos me he sentido feliz y he contado con éxitos y ascensos. El fútbol me ha dado muchas más satisfacciones que desgracias. He tenido suerte. No es fácil tener tres ascensos. He sido un afortunado, de momento soy yo quien le debe al fútbol. Tengo ganas de seguir creciendo de la mano del Levante.