La solución de Peter Lim siempre es vender como única forma de sostenibilidad económica. El dato habla por sí solo. El máximo accionista del Valencia CF ha superado los 400 millones de euros en concepto de venta de jugadores desde que se adueñó del club en el verano de 2014. Una lluvia de traspasos que, lejos de asentar al Valencia en la Champions temporda a temporada, ha restado potencial deportivo a la plantilla paulatinamente hasta convertirlo en un equipo de la zona media de LaLiga como ha quedado demostrado en los tres últimos años, justo en el momento que se rompió el proyecto campeón de Marcelino y Mateu Alemany.

La historia se repite en el Valencia de Lim. Las cuentas dan pérdidas de 36 millones de euros al final de temporada. A pesar de eso, Meriton reflejado en el presupuesto de la temporada 2021/22 (aprobado el jueves 16 de diciembre) la obligación de ingresar 37 millones de euros en ventas de jugadores antes del 30 junio. El Valencia declaró que cerró la 2020/21 con unos ingresos de 79,7 millones por traspasos de algunos de los principales activos de la plantilla. Meriton vendió en el verano de 2020 a Ferran Torres, Rodrigo Moreno, Geoffrey Kondogbia, Francis Coquelin y Dani Parejo. Medio equipo campeón de la Copa del Centenario.

El problema no es vender. El gran drama del Valencia de Lim es que no se ha invertido en recambios que hayan mantenido el nivel competitivo del equipo. El resultado es una pérdida progresiva de talento, experiencia y jugadores contrastados que ha penalizado deportivamente al Valencia