Se quedó con la miel en los labios en la eliminatoria de 2018 ante Alemania en la Plaza de Toros de València al no poder jugar pese a estar en el equipo y ayer, Roberto Bautista se quitó la espina de jugar en casa la Copa Davis y hacerlo, además, con la victoria que decanta el cruce ante Serbia.

El de Benlloch salió a la pista con menos presión tras la remontada de Albert Ramos en el primer duelo y aunque estuvo menos preciso de lo habitual en los primeros juegos y se puso con 1-3 en contra, supo mantener la calma para dar la vuelta al set y llevárselo por 7-5 en 69 minutos en la pista.

Kecmanovic, líder del equipo serbio en ausencia de Djokovic, se agarró también al partido en una segunda manga en la que el castellonense se puso por delante 3-1. Logro un break que le permitió empatar el partido (3-3), pero Bautista se lo devolvió y no falló con su saque, para ponerse 5-3.

Su primera oportunidad de sentenciar el duelo le llegaba al resto, pero el serbio supo mantener su servicio y puso el 5-4. El héroe de la Davis de 2019 sacaba para ganar, pero en un visto y no visto, se puso con un inquietante 15-40. Salvó la primera bola de break, pero no pudo hacerlo en la segunda y Kecmanovic logró empatar 5-5.

El serbio se puso por delante y cuando las sensaciones eran las peores, Bautista tiró de garra para igualar y llevarse un tie-break que empezó perdiendo 0-2. La Fonteta estalló de alegría y Bruguera podía permitirse dar descanso a Carlos Alcaraz, sin jugar el dobles para reservarlo para el viernes ante Canadá después de que dejara abierta esta posibilidad en caso de ser necesario si se llegaba al último partido del día empatados.

El prodigio de 19 años, nuevo número uno del mundo, revoluciona el ambiente por el que pasa. ‘Carlitos’ desprende ambición y ganas como nadie. Ayer, pese a la recomendación de descanso tras el esfuerzo del US Open, estuvo a punto de estrenarse en València antes de hora. Cuando más sufría Albert Ramos en el primer duelo de la eliminatoria, el pupilo de Juan Carlos Ferrero se ofreció a ayudar al equipo jugando el dobles.

Albert Ramos perdió el primer set con Laslo Djere y, poco después, Alcaraz se marchó de la luz de los focos para entrenar y probar sus sensaciones en una de las pistas de L’Alqueria.

El número 1 del mundo se reserva así tras unas últimas semanas intensas en el US Open, pero España demostró que sin él, sin Rafa Nadal y sin Pablo Carreño, también tiene potencial para luchar de tú a tú al resto de potencias mundiales.

Albert Ramos fue el primero en hacer los deberes. El barcelonés, que entró en el equipo por la lesión de Davidovich, fue la apuesta de Sergi Bruguera para jugar el primer partido de individuales y, aunque sufrió en un primer set que se le escapó 2-6, fue capaz de darle la vuelta al partido apoyado por un público que se volcó con él.

Con el cruce ante Serbia ya solventado antes y con menos público en las gradas, Marcel Granollers y el valenciano Pedro Martínez Portero jugaron el partido de dobles, que podía sumar en caso de empate.