El sector azulejero español se enfrenta a la recta final de 2021 con unas cifras que, por lo menos en lo que se refiere a ventas, son muy positivas. La facturación de las empresas españolas productoras de pavimentos y revestimientos cerámicos han aumentado sus ventas internacionales un 26,8 % en los primeros nueve meses de año, sumando una facturación de más de 2.705 millones de euros, de los que más de 2.515 millones de euros corresponden a las fábricas castellonenses, 71,6 millones de euros a las de la provincia de Valencia y 24,7 millones de euros a las de Alicante. En total, la Comunitat Valenciana facturó más de 2.612 millones de euros por la venta al extranjero de baldosas cerámicas.

El mayor consumidor internacional de las baldosas ‘Made in Spain’ entre los pasados meses de enero y septiembre ha sido Estados Unidos, que vuelve a liderar el ranking con unas ventas que superan los 330,3 millones de euros e implican un crecimiento, con respecto al mismo periodo de 2020, del 29,2 %. Francia se ha quedado relegado al segundo puesto con una facturación de más de 308 millones de euros y un crecimiento de 23 %. El pódium lo completa Reino Unido, mercado al que, al parecer, no le ha afectado el brexit, ya que ha crecido un 32,1 % y suma compras por valor de 158,3 millones de euros.

En el ranking de los 15 principales destinos de las baldosas cerámicas españolas solo pierde fuerza Arabia Saudí, que baja un 7,9 %, pero existe crecimientos tan espectaculares como el de República Dominicana, que en los nueve primeros meses del año ha aumentado sus compras en un 117,7 % con unas compras de 54,3 millones de euros. Pero también son significativos los aumentos registrados por Israel, que ha crecido un 51,8 % con una facturación de 101,2 millones de euros; y Marruecos cuyas compras suman casi 96 millones de euros, cifra que implica un aumento del 50,7 %.

En cualquier caso, la actual escalada en los costes energéticos puede llevar al sector a entrar en números rojos, por la pérdida de rentabilidad que supone al no poder repercutir esos costes en el precio final de sus productos para no dejar el camino abierto a sus competidores internacionales. De hecho, desde la patronal azulejera Ascer se ha denunciado que si el gobierno no toma cartas en el asunto «se van a producir ajustes en la producción reduciéndola o parando hasta estabilizar los costes. Estos ajustes se traducirán en reducciones automáticas en las plantillas de las empresas. La subida imparable de la factura energética y de las materias primas, obliga a las empresas a analizar su política de precios y a trasladar al mercado estos incrementos, sin embargo, no podemos perder de vista que el sector español opera en un mercado altamente competitivo y que el 75 % de las ventas se destinan a la exportación compitiendo con otros productores con menores costes de producción. No todos los mercados podrán asumir la subida de precios y desviarán su demanda a otros países, afectando la cuota de mercado de la industria española».