A estas alturas de 2018 el Puerto de València ya ha superado la barrera de los cinco millones de contenedores manipulados en terminos interanuales en sus tres grandes terminales: Noatum, MSC y APM-Maersk. Aunque todavía bastante lejos de los gigantes del norte de Europa como Rotterdam (13 millones), Amberes (10,5 )y Hamburgo (8,8), el emplazamiento marítimo presidido por Aurelio Martínez ya pisa los talones al del estado federado alemán de Bremen, cuyo puerto, de momento, continúa cuarto en el ranking del Viejo Continente con 5,5 millones anuales de contenedores expresados en TEU (unidades de veinte pies).
Martínez y sus gestores esperan adelantar a este último en un futuro no muy lejano, antes incluso de la proyectada macroampliación norte. La APV volvió a superar a Algeciras (4,83 frente a 4,38 millones) y a Barcelona (3 millones) en 2017 aunque el catalán ha sido el enclave que dio el salto más importante en la estadística de los top-50 de Europa al pasar del puesto 18º al 13º en este territorio. Con todo, el puerto barcelonés logró un crecimiento interanual de más del 34 % debido al menor impacto de la huelga de estibadores en sus muelles a diferencia de València y Algeciras, con mayor conflictividad laboral, así como al tirón de su comercio exterior.
València se sitúa ya a tan sólo 4.300 contenedores del hito histórico de los cinco millones y por tanto, a no mucho tardar, podría adelantar a Bremen y situarse en cuarto lugar en Europa. En ese crecimiento ha contribuido el tirón del comercio exterior del puerto de la ciudad del Túria con Estados Unidos. Por el momento, las amenazas de nuevos aranceles a la Unión Europea (UE) reiteradas hasta la saciedad por el presidente Donald Trump y su política proteccionista no han afectado al movimiento de mercancías desde las instalaciones marítimas de València con EE UU, que incluso durante algunos meses de 2018 han superado en cantidad a las de China. El puerto valenciano se ha convertido en la principal plataforma logística del Mediterráneo en distribución con América. Vehículos, manufacturas, azulejos, calzado y alimentos, entre otros productos, han contribuido al impulso del comercio. Además han contribuido los contenedores en tránsito que otras navieras han depositado en los muelles del Grao para su traslado al otro lado del Atlántico.
Los gigantes del comercio mundial (China y EE UU) resultan claves para el futuro del puerto valenciano, si bien España aún acapara todavía una quinta parte del total de sus movimientos. Por eso, sin conexiones ferroviarias adaptadas al ancho de vía internacional, pendiente de los accesos al Corredor Mediterráneo, de la modernización del obsoleto trazado ferroviario con el Cantábrico y con el eje València-Madrid (este concentra hasta el 40% del tráfico portuario de contenedores de todo el país), la APV ha puesto en marcha su maquinaria de presión al Gobierno central y al de Bruselas para tener acabadas cuanto antes esas infraestructuras. Arrecia la competencia. Se juega el futuro.
