El anuncio por parte de Rusia de continuar con el veto a la exportación de cereales hasta julio de 2011 ha vuelto a poner al aumento del precio de los cereales y a los problemas de abastecimiento en las plantaciones y granjas de la Comunitat Valenciana en el punto de mira. Con un ejercicio 2010 marcado por la crisis, cualquier decisión coyuntural tomada a nivel mundial afecta a todos los eslabones de la cadena. De esta forma, productores cárnicos, ganaderos y agricultores valencianos temen un crecimiento de la especulación en el mercado de los cereales, "lo que llevará a la ruina a muchas de las plantaciones que, de momento, han sobrevivido a la recesión".

Así lo expuso ayer Federico Félix, presidente de la Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunitat Valenciana, que confirmó el cierre de pequeñas y medianas fincas de la C. Valenciana por el primer veto ruso, acaecido durante el pasado mes de agosto. De ahí, el miedo a que la prórroga agrave la situación. El portavoz empresarial comentó que "lo que ocurre en nuestro sector es que el precio de la carne no ha sufrido grandes alteraciones y los costes han crecido exponencialmente". La especulación en el precio de los cereales ?-que encarece la adquisición de piensos- es la gran responsable de la situación, "la UE está estudiando medidas. Pedimos al Estado que defienda los intereses de los productores nacionales y de la C. Valenciana en las próximas reuniones programadas sobre el tema en Bruselas".

En términos parecidos se movió Cristobal Aguado, presidente de AVA-ASAJA (Asociación Valenciana de Agricultores), "nadie cuenta con reservas de pienso. Se dan servicios puntuales para pasar la semana, pero no se tiene acceso a grandes cantidades de productos. Y las fábricas están llenas". Para Aguado, la decisión del gobierno ruso "pone en peligro la supervivencia del sector". Por ello, cree que "si las administraciones quieren intervenir de verdad, deben sacar cereal de las reservas. Aligerar el mercado".

A su vez, el presidente valoró que "de continuar con la especulación, los sectores porcino y ovino son los que más lo pagarán. Se salvarán aquellas propiedades ubicadas cerca de dehesas y montes". Por último, demandó una posición clara al gobierno, "sin su ayuda es difícil que el sector ganadero aguante".

La Unió también culpa a los distribuidores

Otro de los portavoces que valoró la polémica fue Josep Botella, secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders, que no dudó a la hora de culpar de los procesos especulativos a los grandes minoristas, como Mercadona o Carrefour, "aunque la influencia de los fondos de inversión y las grandes multinacionales es clara, también hay otros actores. Los distribuidores minoristas presionan para comprar muy barato y luego vender a un precio siete u ocho veces mayor de lo que pagan al agricultor". A su vez, criticó la postura de unos gobiernos que "cada vez tienen menos reservas estratégicas de alimentación, pero mantienen las de combustibles". Por último, demandó "medidas de protección agraria, ya que ahora todo está cada vez más liberalizado".