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Balance

El banco CAM perdió 2.713 millones de euros en su último año en solitario

La cifra hace empalidecer a cualquiera: La CAM acumuló durante el año pasado unas pérdidas de 2.713 millones de euros, en el que sin duda fue el peor ejercicio de su historia. Así al menos lo aseguran los administradores designados por el FROB (el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) en el balance que remitieron ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores alrededor de las diez de la noche, en un intento de que pasara desapercibido.

Del total de pérdidas, 2.427 millones correspondieron a la matriz, el ahora denominado Banco CAM, mientras que el resto -cerca de 300 millones más- se debieron a la mala marcha de sus filiales, la mayoría de ellas pertenecientes al sector inmobiliario.

Por lo que respecta a la actividad financiera propiamente dicha, la entidad acusó la caída de negocio derivada del fracaso del SIP con Cajastur, la búsqueda desesperada de una nueva fusión y la posterior intervención de la caja por parte del FROB. En este sentido, el informe remitido ayer no permite saber de cuánto fue finalmente la fuga de depósitos sufrida pero si muestra que la inversión crediticia (el saldo vivo de los préstamos concedidos) se contrajo casi un 9% al pasar de 53.526 a 48.820 millones.

El margen de interés -la diferencia entre lo que la CAM paga por conseguir el dinero y lo que cobra por prestarlo- se redujo un 38,8%, hasta los 358 millones, y también cayeron las comisiones (180 millones, 19 menos que el año anterior) y los ingresos por otras operaciones financieras. Esto provocó que el margen bruto descendiera desde los 1.379 millones que la entidad declaró en 2010 hasta sólo 545 millones, una cifra insuficiente incluso para pagar los más elementales gastos de cualquier empresa: los de administración y personal, que sumaron 614 millones, sólo un 1,6% menos que en el ejercicio anterior a pesar de la aplicación del Expediente de Regulación de Empleo que redujo en cerca de 900 trabajadores la plantilla total del grupo. Al final del ejercicio, la matriz contaba con 6.464 empleados, que alcanzaban los 7.295 si se tienen en cuenta el resto de firmas del grupo. Con esta cifras, evidentemente, la CAM fue incapaz de hacer frente a las pérdidas derivadas por el aumento de la morosidad. La tasa de impagos tampoco aparece en el balance remitido por el FROB -en septiembre superaba el 21%- pero sí se observan sus efectos sobre la cuenta de resultados. Así, los nuevos créditos impagados restaron 2.735 millones de euros al balance de la entidad, a los que hay que sumar otros 418 millones por el deterioro de valor del resto de activos, principalmente los inmuebles adjudicados.

Los resultados del año pasado contrastan con los que presentó la entidad en 2010, cuando la entonces directora general, María Dolores Amorós, declaró unas ganancias de 244 millones de euros, a pesar de que el Banco de España ya le había obligado a reclasificar miles de créditos ocasionando unas pérdidas de alrededor de 1.500 millones. Sin embargo, Amorós se acogió a la normativa del Banco de España que permitía a las entidades en proceso de fusión cargar estas pérdidas contra reservas para presentar un balance positivo.

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