El exdirector general de Bancaja Aurelio Izquierdo acusó ayer al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de impedir una operación que hubiera supuesto un ingreso de 100 millones de euros para el Banco de Valencia «en un momento muy delicado» para la entidad, según informaron fuentes jurídicas. El también exconsejero delegado y expresidente del banco valenciano durante apenas mes y medio antes de la intervención, cuando seguía controlado por Bancaja/Bankia, declaró como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz y explicó que, por recomendación del Banco de España, el Banco de Valencia cerró en 2011 la venta de su participación en en Inversiones Financieras Agval a los accionistas mayoritarios de la empresa de servicios, la sociedad de la familia Calabuig Fomento Urbano de Castellón (Fucsa). Fucsa, con una acción más, y el Banco de Valencia se repartían el 50 % de Agval, que a su vez controlaba el 63 % de Aguas de Valencia.

Tal como publicó este periódico, el pasado 12 de diciembre, el consejo de administración del Banco de Valencia acordó el 28 de octubre de 2011 la venta de su paquete en Agval por un importe de 84,7 millones de euros, si bien la operación habría subido a 101 millones, incluyendo 10 millones en liquidez que tenía Agval así como la participación del Banco de Valencia en Adesal Telecom. Apenas un mes más tarde, el 21 de noviembre de 2011, el banco fue intervenido y, tal como declaró ayer Izquierdo, el nuevo administrador, el FROB, no ejecutó el acuerdo del consejo, motivo por el que el traspaso no llegó a realizarse. No obstante, en el período en que el fondo público administró el banco hasta que a finales de 2012 lo vendió por un euro a CaixaBank, el FROB detectó unas supuestas operaciones irregulares de los antiguos gestores que denunció ante la Audiencia Nacional. Una de ellas fue la relacionada con Aguas de Valencia.

En su denuncia, el FROB explicaba que el banco concedió en 2008 dos créditos por un total de 48 millones que luego se convirtieron en 54 millones, lo que permitió a la familia Calabuig hacerse con el control de Agval. Tanto el FROB como la Fiscalía Anticorrupción sostienen que el Banco de Valencia concedió estos préstamos para hacer frente a una OPA de exclusión que aprobó la compañía valenciana para evitar que el grupo francés Suez, que tenía un tercio del capital y también controlaba a la competidora Aguas de Barcelona, tomara el mando de Aguas de Valencia, si bien el dinero se destinó, después de que la OPA no se lanzara, a la compra de la inmobiliaria Costa Bellver. La familia Calabuig ya ha declarado que el citado crédito que no tenía un carácter finalista, por lo que se podía utilizar para otras inversiones, que el Banco de España lo tiene calificado denormal, sigue en vigor y al corriente de pago con su correspondiente interés, y que ni la entidad valenciana, ni el FROB, ni después La Caixa han pedido que se cancele.

Izquierdo fue interrogado ayer sobre la adquisición de esta firma a la familia Calabuig a un precio muy superior al original. Bancaja Hábitat y Banco de Valencia compraron en 2009 acciones de la inmobiliaria dedicada a la venta de terrenos en Castelló por importe de 65,1 millones, un 195 % más que lo que los Calabuig pagaron solo unos meses antes. El FROB apunta en su querella que Izquierdo podría haber cobrado una comisión de 4 millones por la operación.

El exdirector general de Bancaja defendió ante el magistrado que la adquisición de esta participación en Costa Bellver tenía «todo el sentido económico para la gestión de los activos en la zona de Castelló» y fue tramitada «profesionalmente». Izquierdo insistió en que el posible perjuicio económico para el banco generado por el descenso de precio de los activos inmobiliarios se hubiera evitado con la venta de Agval. Estos 100 millones de euros hubieran supuesto la recuperación del total de la inversión en Costa Bellver, aseguró.

Las declaraciones continuarán hoy con la comparecencia de dos testigos, el director financiero de Fomento Urbano de Castellón (Fucsa) Juan José Martinez Nicó y Germán Bordils, uno de los miembros de la familia que vendió sus acciones de Costa Bellver a los Calabuig.