La intervención y posterior venta de la extinta Caja del Mediterráneo (CAM) tendrá un coste final para el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) de 10.700 millones de euros, según las estimaciones del Banco Sabadell, entidad a la que el FROB adjudicó la caja alicantina en diciembre de 2011 tras intervenirla. El FGD, cuyos fondos son aportados por los bancos que operan en España para hacer frente a posibles problemas en cualquiera de ellos, destinó en la citada fecha 5.246 millones a la recapitalización de la CAM, que vendió por un euro al Sabadell. La operación incluía un Esquema de Protección de Activos (EPA) a diez años que implicaba que el FGD se haría cargo del 80 % de las futuras pérdidas que se derivaran de la cartera crediticia e inmobiliaria heredada por el Sabadell de la caja alicantina.
La auditoría del banco catalán del año pasado indica que «el importe acumulado [de coste para el FGD por la EPA] registrado a 31 de diciembre de 2015 asciende a alrededor de 5.500 millones de euros». Fuentes de la entidad precisaron a este diario que la citada frase lo que pretende decir es que el Sabadell considera que esa cifra es la estimación que hace de lo que tendrá que abonar el Fondo de Garantía de Depósitos cuando finalice el período de diez años contemplado en el acuerdo de venta de la CAM. No el dinero invertido hasta el cierre del pasado ejercicio.
1.375 millones
Así las cosas, el mencionado fondo, siempre que no se produzca un cambio en la economía que deteriore los activos recibidos por el Sabadell de la CAM y eleve la previsión de 5.500 millones, tendrá que hacer frente al final a 10.700 millones por esta operación. El Sabadell solo tuvo que poner un euro por quedarse con la CAM, pero el EPA contemplaba que debía hacerse cargo del 20 % restante que no cubría el FGD. La entidad catalana estima que ese porcentaje equivale a 1.375 millones, que el propio esquema de protección de activos obliga al banco a tenerlos ya provisionados.
El EPA protegía 24.644 millones en activos crediticios e inmobiliarios que la CAM cedió a su comprador. La cartera de inversión crediticia ascendía el 31 de julio de 2011 a un total de 18.460 millones. Esa cifra se había reducido al finalizar el año pasado a 8.696 millones. Por su parte, la cartera de activos inmobiliarios alcanzaba al terminar julio de hace cinco años los 4.663 millones. En diciembre de 2015, esta cantidad se había incrementado hasta los 5.807 millones, principalmente por los créditos impagados que obligaron a la entidad financiera a adjudicarse activos inmobiliarios.
Cabe consignar que, de los 5.246 millones inyectados por el FGD en la CAM antes de su venta al Sabadell, 3.882 fueron incorporados a provisiones para hacer frente a las pérdidas de la cartera de la entidad alicantina. Fue en el momento en que ese dinero se consumió totalmente cuando las dos partes empezaron a aplicar el esquema de protección de activos, cuya vigencia termina a finales de 2021. La venta de la CAM por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) fue una de las primeras operaciones en el proceso de reconversión que vivió la banca española tras iniciarse la crisis.
