Les hacía falta una mano amiga para introducirse en el mercado norteamericano y ya la han encontrado. El Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), líder en España en reproducción asistida y con presencia en medio mundo, rubricó ayer su salto al continente americano después de 15 años de buscarlo y de dos intentos fallidos gracias a la fusión con la americana Reproductive Medicine Associates of New Jersey (RMANJ).

De la unión de los dos grupos nace la nueva firma IVI-RMA Global que tendrá su sede social en Valencia y que tiene un valor de canje de 1.000 millones de dólares. Los valencianos -los copresidentes del IVI Antonio Pellicer y José Remohí- mantendrán el control del 70 % de la nueva compañía que prevé una facturación anual de unos 300 millones de euros, incluso por encima del volumen de negocio que resulta de unir ambas facturaciones.

La nueva compañía se convierte así en «el grupo más importante en el mundo en reproducción asistida», según aseguró ayer el copresidente de IVI, José Remohí, con cifras que avalan la magnitud de la fusión: entre ambas empresas se llegará a 13 países con más de 70 clínicas, 2.400 empleados aproximadamente (con más de 200 médicos y más de 300 investigadores) y un esfuerzo investigador que roza los doce millones entre ambas firmas. El consejero de IVI, Carlos Bertomeu, rechazó, sin embargo, que la fusión sea un paso previo para una posible salida a bolsa del grupo «ni en Estados Unidos ni en España».

Estar donde la tecnología se crea

El interés por seguir siendo los primeros en reproducción asistida y los que aportan las novedades en el sector ha sido una de las premisas de Remohí y Pellicer a la hora de buscar un partner en los Estados Unidos. «Es donde la tecnología se crea y sobre todo en medicina», apuntó el copresidente y cofundador del IVI para explicar que siendo una empresa como IVI «ser y estar en EE UU es fundamental». Remohí refrendaba las palabras de su socio: «nos creíamos grandes pero sin estar en Estados Unidos no eres grande. Tienes grandes cifras pero no lo eres».

Para culminar 15 años de intentos, los valencianos han necesitado 12 meses de negociaciones para cerrar un acuerdo con el grupo de Nueva Jersey, con diez clínicas en el estado de la costa este y un plan de desarrollo a corto plazo en el que el dinero «no es el factor crítico».

En RMANJ, con 17 años de experiencia presumen de tener en cartera la apertura de clínicas por todo el este americano y de haber crecido un 70 % en nuevos pacientes en los últimos cinco años procedentes de cerca de 30 estados americanos y 40 países.

Para Pellicer, la fusión con RMANJ les permite entrar «por la puerta grande» en el mercado americano ya que el desembarco solo era posible de la mano de un socio que ya estuviera trabajando. «Era difícil hacerlo sin un socio interno», apuntó Pellicer tanto por el problema burocrático de obtener las licencias médicas para médicos extranjeros «que es mucho más complejo en Estados Unidos» como por dar con la horma de su zapato: otra firma que esté tan volcada como ellos en el I+D. «Es dar un buen servicio pero también invertir en investigación y desarrollo. No ha sido hasta que no hemos encontrado las dos cosas: gente que ya está trabajando allí y que comulga con nuestra filosofía».

Punteros en investigación

RMANJ presume además de tener una de las tasas de éxito en procesos de reproducción asistida más altas del país (un 59,7 % en mujeres de 35 a 37 años muy por encima del 38,3 % de media del país). Para ellos el secreto está en la inversión en investigación y en las innovaciones científicas que desarrollan y aplican como el Screening Cromosómico Completo (CCS) que permite hacer una selección de embriones óptima que ayer alabó el profesor Pellicer. «Las líneas que han desarrollado sobre viabilidad embrionaria es un punto a favor fundamental. En eso vamos a ganar mucho», reconoció. Pese a las puertas que abren este tipo de procesos, desde IVI rechazaron que la alianza americana vaya a ser una forma de ofrecer los tratamientos que aquí no se realizan como seleccionar el sexo del bebé o ayudar a gestar a mujeres de más de 50 años.