Los sindicatos Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT) defienden la importancia de la digitalización pero exigen que su desarrollo incorpore en el punto de mira el bienestar de la sociedad, algo que actualmente «no está garantizado», e inciden en el pago de impuestos para compensar la transformación del mercado de trabajo.

Así lo señalaron ayer durante su conferencia en el seminario «La cuarta revolución. ¿Cómo afecta la agenda digital a la economía y a la industria?» organizado en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en la que defendieron que la digitalización debe estar pensada para mejorar la vida de los ciudadanos y no solo para el beneficio económico.

El secretario general de UGT, Josep María Álvarez, apuntó que «en absoluto» se oponen al proceso de digitalización, ya que consideran que las nuevas tecnologías suponen «un avance de la Humanidad» y «una gran oportunidad de cara al futuro».

Sin embargo, concretó que la digitalización «debe tener el ritmo que las sociedades puedan asimilar». En este sentido, argumentó que el avance de la tecnología debe ejecutarse de manera paralela al bienestar social, ya que «el progreso tiene que servir a los ciudadanos». Asimismo, Álvarez señaló a la formación como clave en el reparto de la riqueza que generan las nuevas tecnologías y propuso que las ocho horas de jornada laboral se reduzcan para dar margen a horas de formación de los empleados.

Por su parte, el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, señaló que la digitalización tendrá «efectos importantes» en el mercado de trabajo, que «va a transformarse de forma sistemática» dependiendo de cómo actúen los diferentes agentes. «Hay quien augura el fin de los sistemas de protección social por el cambio tecnológico, yo creo que hay capacidad de reacción de la sociedad para evitar que sea así», apostilló.