Condicionada por una estructura productiva con un peso excesivo de las actividades inmobiliarias y turísticas, la Comunitat Valenciana padeció una auténtica sangría laboral con el inicio de la crisis económica. Tan es así que todavía no ha recuperado los niveles de empleo que tenía en el tercer trimestre de 2007, justo cuando la Gran Recesión había efectuado sus primeras manifestaciones. No es un caso singular, sin embargo, ya que esa misma dinámica afecta a todas las autonomías españolas a excepción de Baleares, la única que tiene en la actualidad un nivel de empleo superior al máximo que alcanzó antes de la crisis. En concreto, los puestos de trabajo han crecido un 8,2 % respecto al tercer trimestre de 2007. Por contra, en la C. Valenciana está un 10,2 % por debajo, a la par que las dos Castillas y solo inferior al 10,7 % de Asturias, el 11,8 % de Galicia y el 11,9 % de Extremadura.
Los datos forman parte del último número de «Esenciales», una publicación periódica de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicos (Ivie) donde se analiza en esta ocasión la resilencia de las autonomías a la crisis en el empleo. Para conseguirlo se tiene en cuenta el índice de resistencia y el de recuperación. El primero se obtiene comparando la tasa de variación del empleo de cada autonomía con la de España entre el tercer trimestre de 2007 y el primero de 2014, fechas en que se alcanzaron los niveles máximo y mínimo de empleo para el conjunto del país. La Comunitat Valenciana es, junto a Baleares, la más damnificada, con un impacto negativo en el empleo de 19,2 puntos por encima de la media nacional. El índice de recuperación mide la evolución entre el primer trimestre de 2014 y el tercero de 2017. En este caso, la Comunitat Valenciana se encuentra en el grupo de las seis autonomías que mejoran se situación. Se trata de un 11,1 %, lejos pese a todo de las Baleares, donde la recuperación del empleo ha duplicado a la de la media nacional (195 %).
Por último, el informe coloca a la Comunitat Valenciana en el grupo de las zonas que más han tardado en volver a alcanzar el 85 % de su nivel máximo de empleo anterior a la crisis económica. Han sido trece trimestres, una cifra solo superada por los 16 de Asturias y los 14 de Castilla-La Mancha. El estudio concluye que las diferencias de comportamiento entre autonomías «pueden deberse a su especialización productiva» pero también a factores como el nivel de formación.
