La lluvia de millones no cesa para la planta valenciana de la multinacional Ford. Si hace unos días la compañía anunciaba la inversión de 750 millones para la fabricación del Kuga, ayer la firma estadounidense informó de que en 2019 importará 100.000 motores de dos litros producidos por la factoría de Almussafes para la planta de Toronto.

Un reducido grupo de la misión comercial valenciana que está estos días en Canadá realizó ayer una visita a la planta que la multinacional tiene en Oakville, una localidad próxima a Toronto. Los responsables de la factoría explicaron que esta no es la primera vez que la planta canadiense compra motores a Almussafes pero tampoco garantizaron que estas adquisiciones se vayan a prolongar en los ejercicios siguientes.

La planta de Toronto está especializada en la producción del Ford Lincoln y, según sus responsables, su plataforma de ensamblaje de vehículos permite acomodar productos importados desde València y China, dado que «hay mucha tecnología compartida».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que encabezó la visita junto al conseller de Economia, Rafa Climent, el presidente de la Cámara, José Vicente Morata, y el de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro, destacó como un hito fundamental el hecho de que la factoría valenciana haya sido escogida para suministrar esos motores, sobre todo porque su destino es el mercado norteamericana, donde se exige «gran calidad en los productos y hay mucha exigencia en el mundo del motor».

En su opinión, esta decisión, que se conoce pocos días después de la del Kuga, confirma el «alto nivel tecnológico alcanzado por la factoría de Almussafes». «Se puede hacer alta tecnología en València», añadió Ximo Puig, quien precisó que la planta de Toronto, con solo 4.700 empleados, dispone sólo de 800 robots,mientras que Almussafes ha incorporado 2.000 robots en el último lustro.

Asimismo, el jefe del Consell destacó que el acuerdo de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea, el Ceta, en cuya aprobación enmarcó la importación de motores desde Toronto, «ayudará a la relación con Europa». En este sentido indicó que «el comercio es de ida y vuelta», lo que implica que los coches fabricados en Toronto también podrán ser vendidos en la Comunitat Valenciana. La planta de Oakvile, que produce coches desde 1953, exporta vehículos a más de cien países.

El nuevo Maverick, en marcha

Este nuevo encargo a Ford Almussafes supone también un espaldarazo a la planta de Motores, que en los últimos tiempos ha vivido vaivenes. Durante este ejercicio, la planta vio cómo perdía el segundo turno -llegó a tener tres turnos hasta hace un par de años- y ha vivido un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) para evitar empleos.

En cualquier caso, la actividad va a volver paulatinamente a la planta de motores, donde la multinacional del óvalo ya ha desplegado inversiones por valor de cien millones para el desarrollo del nuevo motor Maverick 2.0, y estará a pleno rendimiento el próximo mes de abril, según los planes previstos. En este tiempo también se ha resentido la fabricación de piezas en la planta de mecanizados.