Sudáfrica pone en riesgo la comercialización de 240.000 toneladas por campaña de clementinas valencianas. El sector citrícola del país sudafricano -segunda región exportadora mundial de agrios en fresco tras España- pretende ahora mejorar su «ingreso» en Europa tras conseguir en 2016 un acuerdo preferencial que permite colocar en condiciones ventajosas y menores aranceles sus naranjas en el mercado del Viejo Continente.
El lobby patronal del país sudafricano,Citrus Growers Association of Southern Africa (CGA), negocia con la Sección Especializada de Normalización de Frutas y Hortalizas, agencia dependiente de la OMS y la FAO, modificar las normas internacionales de calidad y calibre de la fruta para vender sus variedades de mandarinas tardías (Orri, Tango o Murcott) durante los primeros meses de recolección de mandarinas en la temporada citrícola valenciana (es decir, septiembre y octubre).
El encuentro celebrado ayer en Ginebra, en la citada agencia internacional, ha servido para negociar la propuesta sudafricana y alterar sustancialmente las normas de calidad internacionales para las frutas, conocidas como «CEPE-NU». Se trataba, sobre el papel, de buscar una «simplificación» que permitiera adaptar tales criterios a las diferentes especies de cítricos. El Ejecutivo comunitario, en su momento, aceptó ajustar a tales cambios posteriormente su regulación europea (la norma comunitaria referida a la comercialización de frutas).
Sudáfrica -que en 2017 colocó 733.000 toneladas en la Unión Europea, un 8 % más que el año anterior- exige mayores índices de azúcar y calibre (entre 35 y 34 milímetros) para las mandarinas que se venden en los primeros meses de la campaña naranjera en Europa.
En tales condiciones regulatorias -marcando desde Sudáfrica lo que se supone que gusta y tiene calidad en Europa- el solapamiento de producciones que siempre se da entre su final y nuestro arranque de temporada se agravaría. Las ventas de Sudáfrica perjudicarían las de satsumas y clementinas precoces como como las marisol, oronula y arrufatina, entre otras. Así las cosas, favorecería muy especialmente los cultivos por los que, desde hace lustros, más apuesta Sudáfrica, cuyas nuevas plantaciones de Nadorcott, Orri, Tango o Murcott y vienen creciendo a muy buen ritmo en los últimos tiempos.
Según los exportadores valencianos, cumplir con los nuevos criterios de calidad propuestos por Sudáfrica obligaría a retrasar semanas la comercialización de nuestras satsumas y clementinas precoces, lo que dejaría el mercado libre para sus mandarinas tardías. La trabajada propuesta sudafricana es, en todos sus puntos, interesada. Nada que ver con los criterios de calidad que en teoría se quieren armonizar en los cítricos. Alertados por los servicios técnicos del Comité de Gestión de Cítricos (CGC,) el sector en pleno ha alegado ante la administración española en contra de cada una de las medidas propuestas por este influyente lobby sudafricano.
La comercialización de mandarinas es uno de los platos fuertes de la citricultura valenciana.
