El enclave elegido por AQ Acentor para la construcción de 1.300 viviendas esconde un historial de proyectos enterrados. Primero se proyectó un centro comercial con dos pistas de esquí bajo el nombre de "Neutopía"- fallido-, que resucitaría después como "Oceanic", con el diseño del arquitecto Ricardo Bofill. Las obras de construcción de Oceanic estaba previsto que arrancaran en el primer trimestre de 2013 para abrirlo al público en la segunda mitad de 2015, con una superficie de 97.000 metros cuadrados y 200 locales comerciales y de ocio. Algo calificado en su día por la entonces alcaldesa Rita Barberá como "una magnífica noticia".

La crisis del sector inmobiliario acabaría llevándose por delante el proyecto destinado a convertirse en un nuevo icono arquitectónico para la ciudad, según apuntaba en aquellos momentos el director general para España de la compañía inversora, Simon Orchard. La ubicación, con una gran accesibilidad, era uno de los grandes reclamos esgrimidos en la presentación de «Oceanic» en diciembre de 2011. Aquel centro de compras y ocio también pasaría a la historia de las iniciativas frustradas por los efectos de la burbuja inmobiliaria.

Vicent Sarrià, concejal de Desarrollo Urbanístico (PSPV), consciente de la importancia de esta nueva operación "en una pastilla de suelo muy complicada", no ocultaba ayer su satisfacción al hacerse pública la intención de la firma alemana. Aunque con la prudencia lógica a la hora de hablar de inversiones inmobiliarias, el socialista calificaba la apuesta de AQ Acentor de "buen proyecto, que permitirá resolver un sector de muy difícil salida". Sarrià cantaba las buenas comunicaciones del emplazamiento, en la parte trasera del nuevo hospital La Fe y junto a la V21 y la V30.

El Ayuntamiento de València tendrá que sentarse con los promotores para cerrar la cesión de suelo que le corresponderá al consistorio en la reparcelación - un diez por ciento- y que se traducirá en un solar o dos en este PAI, aprobado en su día pero paralizado como otros muchos en la ciudad. «Ahora tendremos que sentarnos a negociar y ver el desarrollo del proyecto», apuntaba Sarrià, quien coincidía en señalar a finales de año como la fecha para el inicio de las primeras actuaciones urbanísticas en la zona. Sarrià recordaba que está pendiente, además, el soterramiento de una línea de alta tensión.

"Se trata de una operación muy importante que pensábamos que sería de los últimas que podríamos desatascar, por lo complicado del lugar, de ahí nuestra satisfacción", comentaba el edil socialista. La operación permitirá además al consistorio ganar en equipamientos en esta zona del barrio de Malilla