La llegada de Uber a València en enero, adelantada ayer por Levante-EMV, ha removido al sector del taxi, que ve como se va a multiplicar la competencia por el transporte de pasajeros a través de los vehículos con licencia VTC.

Habrá movilizaciones, según confirma Fernando del Molino, presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de la C. Valenciana. El sector tenía previsto iniciar en enero un calendario de protestas si la administración no tomaba medidas. El anuncio del desembarco de Uber, apuntan, «acelerará» estas protestas.

En estos momentos, la presión del taxi está centrada en las administraciones autonómica y municipal. Fomento aprobó en septiembre un decreto que habilita a las autonomías a regular la actividad de los coches con licencia de alquiler con conductor (VTC), que son las que usan aplicaciones como Uber o Cabify.

Con todo, hay un periodo de gracia de cuatro años que el Estado da a los empresarios que han invertido en estas licencias (el mercado secundario ha disparado los precios) para rentabilizar sus inversiones. En virtud del decreto, los ayuntamientos podrán exigir una licencia urbana. Es decir, que está en su mano si estos vehículos que compiten con el taxi siguen operando.

En este sentido, la Generalitat está dispuesta a abordar ya el asunto. La intención de la Conselleria de Transportes pasa por regular y tomar medidas para recuperar el equilibrio perdido entre las VTC y los taxis, explican desde el departamento que dirige María José Salvador. Desde el taxi recuerdan que, atendiendo a la ratio de una VTC por cada 30 taxis que marca la ley, «todo lo que pase de 80 VTC en València es una situación de desequilibrio». En este sentido, la restricción podría pasar por regular el número de VTC que puede circular en cada momento en las calles, tal como ocurre ahora también con los taxis.

Así, a principios de enero la Generalitat convocará a las asociaciones de taxistas para evaluar la situación y abordar el tipo de medidas que se pueden tomar, «siempre asegurando la seguridad jurídica y que no supongan derecho a indemnización de las VTC», explican las mismas fuentes.

La cuestión de las indemnizaciones preocupa. La patronal Unauto, que agrupa a las flotas de vehículos VTC, está advirtiendo a ayuntamientos como Madrid de que necesitan una previa habilitación de su comunidad para poder regular las licencias. Se exponen a tener que abonar indemnizaciones por valor de 1.600 millones, avisa.

Unauto advierte de que el decreto de Fomento «está pendiente de la aprobación de numerosas enmiendas», por lo que pide cautela a la hora de comenzar una regulación a los municipios, tras recordar que las comunidades tendrán que conceder habilitaciones. La Generalitat es consciente de esta situación, y será cauta a la hora de abordar cambios normativos.

En este contexto, Uber comenzará su operativa en València en pocas semanas. El taxi dará batalla, en la calle y ante la administración: «Esperamos que tanto el ayuntamiento como el Consell tomen cartas en el asunto antes de que la calle se convierta en un problema de orden público entre conductores de ambos sectores en una situación de precariedad laboral y explotación».

Desde Unauto-CV celebra el movimiento de Uber: «Valencia sale beneficiada con la llegada del nuevo operador, que les facilita otra alternativa de movilidad en nuestra ciudad».