La pérdida de Rusia como destino de los cítricos valencianos está jugando una mala pasada al sector naranjero de la Comunitat, hundido además durante esta campaña tras los precios ruinosos pagados en origen y el desplome de las ventas. El mercado ruso sufre desde hace un lustro el veto impuesto por el presidente Putin para contrarrestar las sanciones económicas de Bruselas a Moscú debido al conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia. De ello, tal como constatan los últimos datos estadísticos, están sacando partido los principales competidores de la autonomía: China, Marruecos, Sudáfrica, Egipto y Turquía.
Los países de la Unión Europea -junto con Suiza y Noruega- absorben el 93-95 % de las exportaciones naranjeras españolas, mientras que el resto (entre el 5 % y el 8% restante) se exportan a más de 60 países no comunitarios. Con todo, «Rusia representa, de entre los países no comunitarios, el mercado con más futuro por su tamaño, su potencial de consumo y su poder adquisitivo», aseguran fuentes del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), patronal que aglutina a las grandes empresas españolas del sector.
Preocupación
La preocupación por el veto de Rusia sigue siendo muy grande. «Si tenemos en cuenta las exportaciones directas que se realizaban desde España a Rusia, así como las reexpediciones desde el puerto de Rotterdam o desde Polonia, hablamos de cifras importantes que se han dejado de vender en el mercado ruso», lamenta la entidad presidida por Manuel Arrufat. Durante la campaña 2011/2012 la exportación de este tipo de frutas a Rusia fue de 71.344 toneladas; en la campaña 2012/2013 la cifra fue de 64.546 tn. y en la 2013/2014 el total de ventas al mercado ruso ascendió a 57.812. Con dichos volúmenes -entre 60.000 y 72.000 toneladas- Rusia se situaría hoy como el primer destino no comunitario del sector, por delante incluso de Suiza, Canadá y Noruega.
Este hueco que ha dejado España está siendo aprovechado por otros países terceros como Turquía, Marruecos, Egipto, Sudáfrica o Israel, competidores directos de España.
Si se analizan los datos exportados por los países que ahora mismo están vendiendo cítricos a Rusia y teniendo en cuenta que en 2016 importó 1.522.102 toneladas de cítricos de todo el mundo, Turquía -el principal competidor de España- acaparó el 29%; Marruecos, por su parte, tuvo una participación del 17 %; Egipto, un 13%; China un 12 %; Sudáfrica un 9 %; Pakistán un 7%; Argentina un 6 % e Israel un 1,8 %. Dicho de otro modo, el hueco dejado por España ha sido cubierto por más de cinco países de fuera de la Unión Europea.
El veto ruso a las importaciones agroalimentarias europeas y españolas es una cuestión que admite una doble vertiente en el análisis. «Si en un futuro próximo estos países aumentan sus exportaciones a Rusia eso supondrá que todo lo que consume este destino se deja de exportar a Europa occidental. Eso dejaría a España un mayor trozo del pastel en su mercado natural; es decir en los países más próximos geográficamente y donde tiene una mayor ventaja en el transporte por carretera», afirman desde el Comité de Gestión de Cítricos.
Sin embargo, el disponer de un mercado en pleno crecimiento y por tanto sin los requerimientos fitosanitarios que exigen otros destinos (como Estados Unidos, China, Japón, India o Corea) y en el que además no ha podido concurrir la oferta del primer país exportador en cítricos en fresco del mundo -es decir, España- alimenta las expectativas de crecimiento del negocio y los procesos de ampliación de regadíos en aquellos países. En ese sentido, Turquía dispara las plantaciones -de limones, mandarinas y en menor medida naranjas-; Egipto crece en naranjas pero también cada vez más en mandarinas, no sólo en el Delta del Nilo sino también en las nuevas zonas irrigadas del sur de este río que se están ganando al desierto del Sáhara. Y Marruecos sigue adelante con su Plan Maroc Vert.
Crecimiento de Sudáfrica
Respecto a Sudáfrica, los exportadores españoles advierten del tirón de sus naranjas y cada vez más en limones y en mandarinas tardías, si bien este país ha basado su crecimiento en una mayor presencia en la Unión Europa. No obstante, no se puede negar la importancia de Rusia para el futuro de nuestras exportaciones.
«Es un mercado necesario y esperamos -sostiene la citada patronal- que este problema político de Rusia tenga una solución a corto y medio plazo para así reemprender las ventas cuanto antes a un mercado que sigue presentando grandes posibilidades de crecimiento en el consumo por el imparable aumento del poder adquisitivo de sus habitantes y por no ser un país productor de cítricos».
